Después de la tormenta...¿Realmente hay calma?

Aun en mi enojo sabía que esa era la forma de llamar la atención de mi digimon cuándo me perdía totalmente en mis pensamientos. Agarré el balón de basquet y comencé a picarlo, pasándolo por entre mis piernas o detrás de mi, suspire de forma algo pesada yendo al otro extremo de la cancha. Aspire lentamente y exhale en lo que empezaba mi carrera hacia el aro, driblee la pelota con facilidad y al llegar a la línea del doble me detuve para lanzar la pelota mientras saltaba.... Cuando escuché la conocida voz de la albina cascarrabias y fallé el tiro deliberadamente. Me abstuve de soltar maldiciones, no era Boku, era Ore y en mi rostro estaba plasmada una pequeña sonrisa sincera mientras que si Boku salía el semblante me cambiaba a uno agrio y duro, en éste momento sólo mantenía mi ligera sonrisa sobre mis labios. La chica si bien podía picarme los nervios de una manera impresionante; volteé a verla y si... Era ella.- Disculpa a mi camarada... -Miré a Selene encarnando una ceja suavemente y ella frunció el ceño molesta, levanté las manos en son de paz, si bien podía ser infantil en esa etapa; cosa que me crispaba los nervios, últimamente estaba tomando personalidad seria, lo que me hacía pensar que quizás estaba creciendo mentalmente. Cerré los ojos y volví a abrirlos- Disculpa por haberte llamado por tu nombre, si eso fue lo que te molestó. De igual modo... ¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo? -Puse el balón bajo mi brazo ¿Porqué estaría en Japón exactamente? No, no soy un sabelotodo pero el acento que tenía su voz no era el típico de japonés a menos que me estuviese equivocando, eso era lo mas probable.

Boté el balón tranquilamente, hasta hace un tiempo solo era un simple adolescente con metas, un digimon y un extraño aparato que había aparecido frente a mi llamado Digivice- ¿Por qué nos habrán elegido? Chocamos en personalidad en todas sus formas... -Trataba de llevarme lo mejor posible, de todas formas acabaríamos con armas al cuello. Formé una esfera de datos en mis manos, observé el lugar confirmando que solo estábamos nosotros y la lancé a Selene- Viximon shinka... -La digimon zorruna fue rodeada por una esfera de datos y tan pronto como esta se fue un zorro humanoide apareció en su lugar- Renamon. Gracias... No me apetece ser viximon. Soy demasiado empalagosa. -Asentí suavemente entendiendo la indirecta cuando la digimon se cruzó de brazos escrutando con su fría mirada heterocromática a la albina.

Piqué la pelota mientras la muchacha me miraba... De forma despectiva, ya había sentido esa mirada antes por lo que volví mi mirada al balón evitando la de la chica, no deseaba en estos momentos pasarla mal ya suficiente información era la de NEO no tenía suficiente humor como para que una conocida me mirase de esa forma, no es que fuera una amiga ni nada así pero no era agradable, seguramente me veía como un egocéntrico y que alimentaba su ego con su superioridad pero ya no era así, por supuesto que no, solo porque ella así me viera no significaba que iba a alguien quien no era, mas considerando que ahora me encontraba plenamente bien, con deseos de jugar todo lo que no había podido jugar cuando Boku estaba al mando. Suspire y apoyé el balón en mi estómago sujetándolo con ambas manos para que no cayera ¿Esto era un interrogatorio? Y en un principio ¿Así nada más hablábamos? No me molestaba pero siquiera nos habíamos presentado y estaba seguro de que ella solo me conocía como el pelirrojo ególatra. Intenté que mi cara no se deformase en una mueca de disgusto, exitosamente lo logré dejando únicamente una línea recta dibujada en mis labios- En primera instancia, dudo poco que te importe....Supongo, pues como no me has preguntado, me llamo Akashi Seijūrō, y por tu semblante creo concluir que estarás pensando que soy un egocéntrico, competitivo que alimenta su ego a base de ganar. Ya me han mirado así... No soy un sabelotodo es solo que conozco esa mirada porque es usual. Acertaste, solo que el egocéntrico no soy yo y ya no es él, mejoramos para bien, solo intentamos mostrar el semblante serio. -Incline la cabeza en señal de un saludo respetuoso para golpear la pelota con mis dedos haciendo el típico traqueteo que se escuchaba al golpear las uñas en una superficie dura. Su nombre...- Solo..... El acento y... Alisa es una variante de Alicia, nombre ruso, supongo que de allí tu acento. A todos nos queda un poco de acento o algo de nuestra lengua madre por mas que no queramos. Me alegra que sepas hablar mi idioma... si quieres hablar en el tuyo no tengo problema, no quiero que te sientas incómoda. -Moví los hombros ligeramente para relajarlos, me sentía como en un interrogatorio, el aura de la chica y su presencia eran aplastantes. Ladee la cabeza y chasquee la lengua en señal de disgusto hacia mi mismo, tendría que guardar una duda que aun mantenía para la muchacha.

Arrojé la pelota cerca de la banca que había en la cancha, el esférico llegó hasta la parte inferior pues en la superior estaba mi bolso deportivo- Con permiso. -Me acerqué al bolso y cogí una toalla para quitarme el sudor de la cara, también la nuca. Volví dejando la toalla en mi hombro, miré a Selene y ella se encogió de hombros ante las palabras de la albina- Disculpa, no es un objeto al cual guardar, la considero mi amiga, casi mi madre. Y perdonale, ella siempre tiene esa mirada, considerando su heterocromía completa como la mía y también mis ojos rojos... Sele, ¿Puedes bajar la guardia? Se que no te gusta ser empalagosa como Viximon pero... -La digimon zorruna me echó una mirada asesina a mi y se me erizó el pelo de la nuca, levanté las manos y ella; teóricamente, relajó la mirada desviándola ligeramente- Cómo quieras Sei... De igual modo, no estoy de humor para pelear. Prefiero pensar en lo que dijo Etincel. -La digimon bajó los brazos relajándose y desapareció, literalmente. Miré a la alba y me recogí de hombros ligeramente- Perdona la pregunta pero... ¿Te han dicho que tienes una presencia que intimida? Y retomando lo anterior, vienes de tu hogar a aquí ¿A qué? Eso... -Negué con la cabeza, había sonado impertinente... Pero me parecía una persona bastante curiosa.

Mientras hablaba cogí el balón tratando de traducir en el proceso, boté la pelota tres veces y lancé el balón inclinándome ligeramente hacia atrás, enceste limpiamente para luego ir a buscar la pelota y regresar con la chica. No podía estarme quieto a veces, en especial cuando estaba nervioso y no es que la chica me pusiese nerviosos pero no solo era aplastante su presencia sino que parecía ser del tipo que comentaban con sequedad, de forma tajante. No me molestaba después de todo ya había escuchado es forma de hablar y actuar conmigo como si se tratase del mismo diablo o algo inferior. Me recogí de hombros desinteresadamente- Me alegra que te interesen las cualidades de una rata de laboratorio. Y aunque dudo que te importe saber de mi... Si, sé ruso porque lo elegí como uno de los idiomas que me gustan aparte de mi lengua madre y el Indonesio. No soy un prodigio deduciendo nombres pero si me interesa mucho saber su nacionalidad y significado, por lo que muchas veces leo sobre nombres. Y si eres el que debe heredar la empresa de un padre que lo utilizo para experimentos con digimon, probablemente te obliguen a estudiar y entrenar desde niño, por eso sé idiomas. En cuanto a lo de leer rostros, no lo eh leído, conozco la mirada que me das, ya me la han mostrado otros, yandere-san. -Hice tronar los huesos de mi espalda ligeramente, estaba algo dura, por lo que me estire con cuidado de no dañarme. Respiré profundamente, costumbre al final de un entrenamiento o de un partido.

Pasé los dedos por mi cabellos pensando en como responder- En todo caso, prefiero ver como se desarrolla la situación hasta ahora. Reconocer los bandos y luego unirme al que crea correcto. ¿Usted que hará? -Ladee la cabeza de forma curiosa y esbocé una sonrisa ligera, buen al menos ahora había preguntado algo, esto se sentía como un interrogatorio- No, no diría que estresado. Solo quiero pensar lo que dijo Etincel y porque nos eligió. Además, si no me doy el tiempo de ir a la preparatoria y jugar ¿Qué haré? De momento no hay bandos completamente formados, no voy a ir por allí cazando digimon. Relajarme y actuar natural mientras pienso y ordeno mi mente me parece mejor que estar con los nervios totalmente crispados y un millar de pensamientos hechos un desastre. De todos modos, hay tiempo para pensar y actuar, en éste momento prefiero pensar. ¿Tu, No? -Encarne una ceja suavemente y jugué con mis dedos un poco.

De verdad esta chica era complicada, si bien no sabía leer las facciones me daba la impresión de que refutar sus palabras solo empeoraba las cosas ¿Cómo iba a redimirme e intentar acercarme como amigo? Era prácticamente un tempano de hielo, no debía limar asperezas, casi sacaba callos con la chica- Me siento estúpido. Debes pensar que soy un niño mimado y todo eso... ¿Que edad tienes? Yandere-san o si prefieres te llamo por tu apellido usando Keigo. -De repente esa duda surgió en mi cabeza, si quiera le había preguntado su edad o apellido y estaba siendo irrespetuoso al llamarla por su nombre sin su permiso, mas si le había dado un apodo. Me senté junto a ella, de todos modos no tenía mucho que hacer y ella parecía desinteresada en el tema, aunque a mi poco y mucho me interesaba tampoco, solo que ella sacó el tema a flote y decidí seguirle la corriente- Mmm.... Todos tenemos algo que proteger aunque no nos guste, y voluntaria o involuntariamente lo hacemos. Y no debes ser fría como el hielo por dentro... ¡Creo! Es decir, no quiero que me vea como alguien que cree saber cosas de usted.... Ya encontrará algo que proteger Yandere-san y verá que es muy placentero el sentirse protegido y proteger lo que te importa. -Arquee una ceja en su dirección.

Cogí mi bolso deportivo y saqué muñequeras negras y esponjosas, por mi parte no las usaba pues no les veía mas sentido que estético, además me dificultaban un poco cuando estaba en cancha. Eran de las que usaba antes- Toma.... ¿Aceptas un uno a uno? No se la dejaré fácil, aunque seguro me vence. -Pregunté cogiendo la pelota de basquet y de un empuje me levanté con facilidad para enfrentarla directamente, si que tenía un aura de temer pero así se hacía mas divertido e interesante, quizás también tenía habilidades en el basquet- Me agrada Yandere-san aunque yo no le caiga bien. -Comenté esbozando una leve sonrisa sincera en el rostro e hice girar el balón en mi mano suavemente, pronto tendría que conseguir otro pero valía la pena.

Arquee una ceja suavemente, si le decía que era Yandere seguro me arrojaría su puño directo a mi actual homogéneo rostro, probablemente me diría que era un sabelotodo, junto con abanico de caracteres que se pueden usar para describir a una sola persona sin conocerla a fondo. Al fin y al cabo todo apuntaba a que mi relación de conocido con la albina acabase en un odio no profundo.... Al menos no de mi parte- Seré atrevido y la llamaré por su nombre de pila. -Sonreí suavemente pasé los dedos por el balón. ¿Qué edad tendría? Quizás.... ¿17? Aunque su cara reflejaba madurez o mas bien dureza, cosa distinta a la madurez ¿Sería así de reacia con todo el mundo?- One-One, las reglas normales del basquet estarán bien y no juego solo, fui descortés pero no sabía si gustabas del juego. -Comenté mientras empezaba a botar la pelota, sujete el esférico con ambas manos y me alcé apuntando hacia la canasta, observando la respuesta. Pronto me agache para volver a picar la pelota y giré sobre mi mismo pasándola entre mis piernas una sola vez, continúe picándola con la izquierda y salté casi bajo el aro con la pelota en la mano izquierda, alzando la misma para hacer una "bandeja".

Noté que me dejó pasar, había sido demasiado fácil y tenía la sensación de que solo estaba tanteando el terreno, no le fue demasiado difícil saltar y estirar su diestra para quitarme el balón, mas no lo hizo por lo que cambié de mano el balón, al sentir como bajaba debido al peso, para lanzarlo con la diestra, evitando su defensa, tendría que descender al igual que yo y al menos volver a saltar para alcanzarla, pero ya era tarde.... O al menos eso creía, era formidable y eso me gustaba, esboce una sonrisa animada- Al fin alguien que juega seriamente, no me gusta perder.... Pero los retos difíciles son los que mas me entusiasman, eso lo hace mas divertido. -Me aseguré de apoyar bien los pies cuando toqué suelo no quería esguinces, ni mucho menos quebraduras. No postularía para el basquet profesional, al menos aún no pensaba hacerlo, tenía que pensar que hacer con mi vida, pero me lo había planteado y debía probarme a mi mismo para ello- "Si logra atraparla probablemente trate de pasarme cercar del aro contrario o quizás es buena tiradora.... Es diferente, mas inesperado... Me divierte, es un desafío" .....

Mi mano chocó con el aro y el hombro de Alisa probablemente chocase con el tablero. La fuerza usada por ella me impulsó hacia abajo y el agarrarme del aro o ayudó, solo empeoró haciendo que me balanceara haca adelante. Usé mi otro brazo mientras el otro permanecía estirado y sujete lo primero que encontré.... La caída no la recuerdo con claridad, solo noté el dolor en mi espalda y mi cuerpo ser aplastado por otro, mi mano se agarraba a algo... Algo con ropa y redondo. Trague duro y moví mi otra mano la cual estaban sobre otra parte con ropa, mantuve mis ojos cerrados, cogí aire que había escapado de mis pulmones al tocar suelo, mis labios proliferaron un quejido de dolor- Mis.... Mis pulmones. -Nunca había tenido una caída tan mala, sentía un peso encima mío y supuse lo que era. Instintivamente apreté una de mis manos, comencé a suponer que estaba tocando pues aun mantenía mis ojos cerrados... Cuando los abrí vi a Yandere-san, si, estaba apretándole un seno y mi otra mano estaba sujeta a su falda.... Si, esto no era una falta, era descalificación con expulsión y todo- A-Alisa-san, no es lo que cree y-yo…-Me sentía como un idiota, estaba tartamudeando, no sentía gusto por las mujeres sólo por los hombres pero eso no justificaría nada.... Sentía que venía una bofetada o quizás me volase los dientes.

Traté de moverme, estaba incómodo con el cuerpo sobre mi, un rubor comenzaba a cubrir mis mejillas y estaba compitiendo con el color de mi cabello. No me gustan las mujeres ¡Claro que no! Pero la chica me tacharía de pervertido ahora, ojalá pudiera retroceder y no acabar en ésta posición tan comprometedora. Yo solo quería que la tierra se abriera y me tragase entero, podía ser muy serio pero estos temas me superaban, nunca me había pasado nada igual ni siquiera con chicas de la preparatoria, las ignoraba después de todo pero con Alisa quería limar asperezas y solo conseguiría que quisiera cotarme la cabeza.