Después de la tormenta...¿Realmente hay calma?

Mordí mi labio inferior con mi canino superior, renamon peleaba ardua y raudamente, siempre había sido una luchadora nata pues cada vez que hablaba de entrenar la emoción brillaba en sus ojos igual que el bruñido del aguamarina pulida y en todo su esplendor, la guerra le llamaba la atención como a nadie, admiraba a los guerreros y su fuerza e ideales le habían llenado la cabeza un poco, aun así seguía siendo un Digimon por lo que la batalla a pesar de las reglas no poseía más que poder y estrategia, una que necesitaba hacer cada cierto tiempo debido a mi poca experiencia en lid al igual que mi compañera zorruna. Observé como la digimon olvidaba por completo la estructura humana que conformaba a la albina y se sujetaba por el tobillo de la misma para asestar una patada doble en sus brazos, debido al bloqueo, imaginé el odio que debía auscultar Alisa posteriormente sí es que esa táctica le daba de lleno en la cara e incluso podía visualizar los múltiples asaltos y asesinatos.

Una figura rojiza embistió a ambas, tanto mujer como digimon, para quitarlas del camino de una presencia enorme, la cual Selene sintió pero al estar concentrados trada Shio fue más rápido y salió en su ayuda, agradecía al raptor rojo por haberlas apartado, sin mas las habría dejado ahí y a pesar de los problemas que estaban causando las ayudaba ¿Eso era lo que llamaban amistad o preocupación? ¿Nos lo merecíamos? Sentí que no, avancé hasta donde Misaka y Blaze, estaba intranquilo pero necesitaba mantener la calma. Por otro lado mi mirada se dirigió a Alisa, Shio y mi compañera, debían salir de allí, era algo extremo enfrentarse a un Digimon del nivel mega, si es que no había escuchado mal a Misaka al llegar junto a ellos, hice una seña a la digimon quien agarró a Shio y desapareció desplazándose hasta nosotros con el dinosaurio en brazos, me preguntaba de donde sacó la fuerza para levantar al lagarto pero de momento era lo de menos. La albina, sin pavor ni estremecimiento evolucionó en su siguiente etapa atacando con una gélida ráfaga blanca de semblante leonino al BlackSaberLeomon- ¿Ideas para ayudar? Mi nivel campeón no es el mejor para enfrentar a un mega que digamos. -Atacar a lo loco no estaba dentro del plan, siquiera sabíamos que quería aquel BlackSaberLeomon allí aunque de por si supuse que nada bueno.

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Alisa se había lanzado toda loca a la batalla y cuando Shio se disponía a también pelear apareció junto a nosotros siendo cargado por la Renamon de Akashi -¿heh…?- se quedó desorientado unos segundos pero el grito de “muere” de la peliblanca lo hizo reaccionar saltando de los brazos de Renamon y corrió hacia Alisa para ayudarla, pero no sin antes lanzarle una mirada fría con sus pupilas alargadas a Renamon, que seguramente solo quería ayudarlo

-…- chasque la lengua y moví mi mano al porta cartas, pero dudaba en usarlas; aunque Shio había estado igual que siempre desde que nació, esa mirada de ahora… -lo único que se me ocurre es huir al mundo humano… pero no creo que Alisa y Shio quieran...- chasquee la lengua viendo como el león negro dando un salto hacia atrás esquivaba el ataque de Alisa; erizo los pelos de la melena y soltando un rugido disparo una ráfaga de agujas. De manera rápida deslice la primer carta que saque el portador, resulto ser el escudo de War Greymon con el que Shio se protegió a sí mismo y a Alisa; por mucho que ella ahora pareciera un Panjyamon, recibir ese ataque le habría hecho bastante daño

Spoiler:

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Suspire suavemente, reí con cierta diversión y un poco de malicia poco común de mi, sin perder la perenne sonrisa que solía adornar mi semblante alegre y despreocupado, observaba las pantallas digitales que se alzaban a mis lados e incluso frente a mi, me dedicaba observar los diferentes mundos atentamente, siempre me habían interesado las curiosas criaturas que los habitaban, podía ser el guardián de Etincel pero no era ella y el conocimiento sobre el espacio-tiempo o la historia del universo eran tan limitadas en mi como en cualquier otro, bueno, quizás no tanto pero aún no poseía la sabiduría suficiente ni lo lograría. La razón de la creación o de la vida que había alrededor de la diosa era uno de los enigmas más interesantes ¿Por qué mi señora había desarrollado tan hermosa y curiosa invención? ¿Le entretenía? ¿Le quería tener aprecio a algún ser? Negué con la cabeza, para eso estaba Lambda, la primer creación, de cierta forma le tenía celos debido a que mi diosa le tenía apego pero lo comprendía, yo solo era un guardián al cual habían traído para acompañar a la diosa y cuidar de su seguridad aunque realmente quizás siquiera lo necesitase, la albina había sido quien creó el éter y el correr del tiempo ¿Acaso la necesidad de tener otro compañero era la que me trajo hasta aquí? No podía saberlo, ciertamente mi máster era una fémina relativa desde mi perspectiva pero estaba seguro que ella podía ver a través de todo sin siquiera utilizar su visión y conocerlo todo con solo desearlo, ostentaba una presencia pacífica pero estaba seguro que no era nada inofensiva en casos de lid.

¡¿Oh?! Aquellos humanos que vinieron hace tiempo ¿Debería monitorearlos? Bueno, básicamente estaba espiando si los observaba pero en Ethelentia no había leyes, soli las que imponía su gobernante por lo que cambié de plano una y otra vez hasta encontrar el correcto ¿Por dónde empezar? Elegí a la castaña de instituto, Miko-chan o Mikoto para ser más exactos. Solté una risa animada, así que ¿Nuevamente estaban en problemas? Un sillón de mármol blanco se alzó detrás de mí, poseía un almohadón rojo donde me acomodé cruzando las piernas, el pasillo se deformó hasta dejar un cadrado, el piso se abrió en varios cuadrados negros que fueron completados por trozos de mármol con muebles y nuevamente el castillo cambió las habitaciones, usualmente rotaba libremente, casi como un ser vivo, pero mientras estaba dentro solía tener cuidado de no aplastar mi existencia o apartarme de los objetos que deseaba, sabía que cada vez que el castillo cambiaba podía seguir fácilmente su velocidad pero necesitaba centrarme en mi trabajo. Apoyé el codo en el brazo del sillón, en el dorso de mi mano descansaba la cabeza con aburrimiento.

Así que un BlackSaberLeomon ¿Eh? Los notaba en problemas y mi desocupación llegaba al borde de mi paciencia. Me levanté, frente a mi un portal se abrió, me deslicé por el umbral luminoso junto a una figura femenina, la sensación de los portales era como el arrullo de un arroyo con aguas cristalinas y tibias, paz total hasta llegar donde aquellos humanos, no exactamente en su ubicación, me encontraba sobre un edificio en diagonal a la posición del mega. Cargué el arma con un cartucho y me posicione como francotirador, eleve el cuchillo que se encontraba en el extremo del cañón- Mmm~ ¿Los ves? -Le pregunté al arma, ambos ojos abiertos enfocados en la mirilla- Vamos a ayudarlos o, y, trata de no darle al Panjyamon ni matar al BlackSaberLeomon.... Byakkomaru, Bang. -Comenté divertido y disparé, un rayo de energía salió del cañón de chrome dorado y se formó ,como un enorme tigre blanco, éste impactó en el flanco izquierdo de aquel felino negro de proporciones leoninas- Ior, sacalos. -La figura femenina, traducida como "Ior" o Sakuyamon se acercó a gran celeridad donde Alisa y Guilmon encerrando a ambos en una esfera cristalina con la cual se cubrió a sí misma para evitar el ataque del oscuro felino. Abrí un portal al mundo humano tras ellos, éste los obligaría a entrar o ser succionando por la fuerza, Ior llevó a sus "prisioneros" hasta el portal mientras que por mi parte me abrí paso al mundo humano donde los esperaría.

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Libere un rugido atronador cuando mi ataque fue esquivado de una zancada trasera tomando ahora la iniciativa de atacar con agujas salidas en sucesión desde su melena. Desenvaine la espada que portaba en mi espalda baja lista para desviar la trayectoria del ataque pero el raptor rojo lo intercepto con un gran escudo. De un rápido vistazo vi como en lugar de lanzarse al combate ambos hombres y sus digimon solo observaban ¿Eran así de cobardes? Aun con la diferencia de niveles, atacándole en conjunto podríamos hacerle retroceder y eventualmente hacerle pagar por el atroz acto que cometió con mis padres y el capitán. Volví a rugir empuñando con gran fuerza la espada y saltando por sobre el raptor y su escudo para reanudar el ataque pero un estruendo fugaz seguido de una explosión me freno el paso, por segundos vi un tigre blanco que había impactado contra la lateral del Black Saber Leomon. Esta era mi oportunidad, por fin podría sacarle las tripas de la misma forma como desgarro al capitán – Al fin… –mustie con una sonrisa embriagada pintada en mi rostro dando un salto hacia el león negro – ¿¡…!? –un muro trasnparentoso me freno el paso, en centésimas de segundo me encontraba encerrada junto al raptor rojo. Gruñendo me gire en búsqueda del culpable, estaba segura que esta técnica no figuraba en la data de ese león asesino.

Lo que vi me dejo pasmada, una figura zorruna altiva y femenina estaba dentro de esa esfera también. Creyendo seria la digimon de Akashi dirigí mi mirada a este, su digimon le acompañaba aun – (¿De dónde salió ella entonces…?) –me puse en guardia cuando nos arrastró con ella a un portal, ignoraba lo que ocurría, pero no me detendría a hablar en el medio del campo de batalla; mucho menos con quien me alejaba de mi presa…

Si, era cobarde y lo admitía, no necesitaba que nadie me lo dijera, si bien tenía la intención de atacar mi consciencia no era tan autodestructiva y mucho menos quería dejar que mi digimon se lanzase a la batalla así como así, sin un plan y a lo loco, le tenía aprecio y no le dejaría morir sólo por una venganza absurda por parte de Alisa. La albina lo había explicado, ella se veía a sí misma como un arma ¿Qué me afirmaba que su frío razonar no dañaría de forma indirecta a mi digimon? La alba no tenía nada que perder, eso había expresado, yo si lo tenía, me preocupaba perder al único ser que, en mi soledad y después de años, me acompañaba e inclusive me aconsejaba para no perder el camino correcto o al menos el que yo creía correcto. Dediqué unos minutos a mordisquear mi labio inferior, afiance el digivice con rapidez, al final no quedaba otra que luchar si queríamos asegurarnos de sobrevivir al gran león. Evolucionar a Selene no fue necesario, de hecho no logré hacerlo.

Logré divisar un felino atigrado albino, Selene también lo notó por lo que siguió la trayectoria del tigre para encontrar de donde había sido disparado, encontró sobre uno de los techos un leve brillo antes de ser absorbidos de manera drástica por un portal ¿De dónde salió? Lo último que vi fue un sakuyamon y a Alisa junto a Shio ser lanzados hacia el mismo umbral por el que cruzamos involuntariamente.

Al otro lado, caí de espaldas sobre el cemento de la misma cancha en la que estábamos, con al suerte que mi cabeza no fue afectada, y mi compañera, pudo notar el lugar en el que estábamos al igual que yo, desapareció para aparecer a unos 4 metros del pórtico....ella sabía que me caerían encima por lo que rodé sobre si mismo para no recibir el impacto de los demás.

-¡Pégale con el escudo Shio!-  por un momento deje el miedo de que se volviera Megidramon a un lado cuando vi lo bien que se desempeñaba en esta corta y fugaz pelea junto a Alisa, no me quedaría solo viendo como ella realizaba su venganza y a la vez evitaba que el león negro nos atacase, vamos, tendríamos que ser tontos si no viéramos que de no ser por ella y Shio, Saber Leomon virus ya nos hubiera atacado a nosotros

-¡…!- asintió y separando el escudo por la mitad, teniendo ahora cada una de las partes en sus brazos corrió hacia el león estando atento de no tropezar o ser un estorbo para la albina, o al menos eso parecía porque de un segundo a otro un tigre blanco se impactó contra el saber Leomon que tampoco tuvo tiempo de reaccionar, en esos mismos segundos fuimos tragados por un portal, solo pude ver como Shio era atrapado junto a Alisa en una esfera de cristal

Reaccione lo más rápido que pude para caer de pie, estábamos de nuevo en la cancha del mundo humano buscando con la mirada a Shio…

-¡p-pero si íbamos ganado!- le refuta a la Sakuyamon que lo había encerrado a él y a Alisa -hace años no peleo y cuando puedo nos alejan del enemigo- se queja enojado dejándose caer de sentón en la esfera de cristal y por lo mismo dejándose llevar por el portal, cuando ellos llegaron rápidamente fue a mi lado -¡Misakamon! No se vale, íbamos ganando y de la nada no sacaron del combate- dijo jaloneándome toda

-¡lo sé! Pero bueno, al menos ya estamos a salvo… aunque… ¿Quién nos salvó?-

Vaya que los humanos eran soberbios, uno ayudando y ellos siquiera le daban las gracias a mi pobre Ior, preguntas y más preguntas era lo que lograban salir de sus labios pues todo era relativo para ellos, bueno, muchas cosas también solían serlo para mí pues no había estado en el comienzo de la vida ni mucho menos me habían informado el porque de ésta, yo solo agradecía estar en la misma y a mi diosa por permitirme habitar sus tierras, aún así me preguntaba ¿Cuál había sido su primer creación? ¿Mi presencia tendría cabida en su existencia? O ¿Sólo me dejaba estar sin razón alguna? En mi interior muchas inquisiciones sin respuestas se formulan todo el tiempo, una tras otra sin parar, mi existencia era una duda andante y sin embargo mantenía la calma ofreciendo una sonrisa permanente, así había sido por años, no sabía bien porque siempre mantenerme "feliz" si a sus ojos no era más que el siervo de la creadora. Me mordí el labio inferior y regresé junto a Ior por un portal cercano al que abrí hacia el mundo humano, la digimon me miró y en silencio se dirigió hasta mí librando a la bio-híbrida junto al raptor rojo, se quedó detras quedarse, al margen de todo excepto de lo que pudiera llegar a pasarme.

Analicé a los humanos, aún poseía a Byakko en mi mano por lo que lo levanté apoyando el largo del cañón sobre mi hombro, la figura zorruna me atisbo preguntando si había hecho bien en sacarlos de allí, yo solo asentí calmo. Ladee la cabeza ante las quejas y suspire ligeramente- Vaya ¿Así agradecen a quienes los salvan~? Me agrada el compañerismo pero sería tonto que murieran antes de saber que hacer con NEO ¿No? Una vana venganza no vale la vida de otros. -Ésta vez mi so risa se borró mostrando un rostro más serio y menos divertido. Una de mis blancas cejas se curvo de forma pronunciada mirando al rojo a la vez que dirigía mi mirada a Panjyamon- ¿Ambos pagarían por sus vidas si algo les sucedía? Llevar el peso de una muerte en sus hombros no es así de sencillo, una persona no regresa sin precio de hecho no regresa así de fácil. Sin ofender a nadie de los presentes pero las vidas son preciadas deberían cuidarlas. -Sujete el arma con mi otra mano por la culata y acaricié la misma, el tigre que dormía dentro debía estar tranquilo, si bien solía obedecer, el estar encerrado en el casquillo de una bala para rifle francotirador no debía ser de lo más cómodo.

– ¡Hmpf! –había optado en guardar silencio y envainar mi espada a la espera de que el guardián de la diosa terminase de hablar – Es para reírse que un ser que coexiste con la creadora de todo nos venga con el cuento del precio de una o más vidas. Incluso llegue a pensar que era claro para ti saber que esta Simple venganza conlleva a la muerte de mis padres y el hombre que le salvo; conozco perfectamente el peso de una muerte –advertí con voz recia – Casi parece que dudas de tu propia existencia y nos quieres achacar tus dudas… ¿Qué no podemos morir hasta saber qué hacer con NEO? No me hagas reír, solo acabas de clasificarnos como peones. Si bien mi vida fue hecha para ello, no permitiré que a ella y su idiota compañero les des el mismo trato –al bramar con astucia esas palabras señale con la “Mano” a Misaka y su raptor sub normal – Akashi y el chico semi mudo, sinceramente dudo que el primero se quede con el collar al cuello, del segundo… lo ignoro por completo. Yendo al grano, no puedo decir que estoy agradecida de que nos salvaras, pero al menos lo diré por darme a entender que esa bestia maléfica es vulnerable –la transformación que me mantenía como Panjyamon cedió ante mi aspecto humano. Regresar a la normalidad fue tanto o más doloroso, independientemente de ello mantuve mi semblante frio  e inmaculado – … –le mire fijamente, sin temor alguno a su extraño rifle o a su digimon. Lo dicho, yo no importaba, pero littleone… incluso Akashi y Blaze no merecían un trato como el que insinuó el guardián.

¿Yo tenía el ego superado? Este tipo sencillamente me rebasada por años, inclusive literalmente, yo no era el peón de nadie y, si bien quería saber que sucedería con NEO nadie tenía derecho a llamarnos peones, yo no era el peón de nadie ¿Pero quién se creía el albino sonrisas? Estaba lleno de dudas que solo él, la diosa o una investigación a fondo, quizás ni siquiera eso, podrían resolver, quería preguntar y hablar con aquella figura etérea, sin embargo mi orgullo como humano y ser viviente de libre albedrío se hizo presente al sentirme usado por aquellos seres superiores, la impotencia de no poder combatir y solo comunicarme comenzaba a arder como una llama en medio del bosque a la que se le arroja una pastilla de gasolina- No necesito que ningún ser que carga a los demás con sus propias dudas existenciales me aconseje que hacer con lo que resta de mi existencia... También conozco lo que es tener una vida sobre los hombros. -Gruñí sin afectar mi semblante serio sólo algunas de mis facciones se volvieron mucho más agresivas pero no le daría el gusto de perder el control, no sabía bien qué buscaba con aquellas palabras pero...

Renamon, la cual se mantuvo al margen de momento se adelantó quedando junto a mi, usualmente no solía sacar a relucir esa suave voz desgastada y retadora que poseía, solo en situaciones especiales o importantes- Lo haces a propósito ¿No es así? ¿Qué buscas comprobar creando discordia? -Acaricié su pelaje con la mirada confusa ¿Qué quería decir con aquello? Pasé a observar la figura alabastrina de los ojos cielo mientras su sonrisa parecía crecer a cada respuesta que dábamos ¿Se estaba burlando acaso? Selene me sujetó el brazo- No vale la pena refutar vagas palabras que solo buscan crear molestia en los demás, aunque aún puedo tenerle respeto, si no se niega a explicarnos porque interfiere. -Frunció el ceño por primera vez en todo el día.

-chicos, ¿podrían calmarse…?- les pregunte a Akashi y a Alisa cuando ya todos estábamos escuchando al guardián de la diosa -creo que debería ser obvio que para él somos algo y para nosotros él es otro cosa- dije quitándole importancia a sus palabras, quizás quiso decirnos otra cosa y por nuestro “orgullo de humanos” lo mal interpretamos, siempre eso había ocasionado locuras entre humanos y dioses

-¡Misakamon! No seas tonta- grito Shio muy fuerte tomándome de los hombros, solo pude decirle “¿heh?” desconcertada -estoy listo para comer y ¿no te das cuenta que Alisamon indirectamente dijo que te ama?- grito aún más fuerte sacudiéndome

-¡¿heh?!- casi se me salen los ojos al escucharlo, rápidamente voltee a ver a Alisa que aún era un Leomon blanco y luego la regrese a Shio estando completamente roja -¡no salgas con esas bromas!- ahora yo lo agarre de los hombros y lo sacudí

-¡pero si eso parece! Primero te defendió a ti, luego a Akashimon y a Blazemon… bueno, también es cierto que por primera vez Alisamon y Akashimon están de acuerdo- cuando dijo eso ultimo ya no lo sacudía y lo dijo mas como si fuera algo bueno o que había planeado Shinya

-…- suspire cansada -Shio tiene una forma extraña de demostrar las cosas- pensé para mí misma rascándome la nuca -seguro Shinya y tu serán buenos amigos, Shio- dije con un dejo de sarcasmo

-¿lo crees? Shinyanmon, ¿te gusta el pan?- le pregunto directamente alzando su garra como si estuviéramos en clases

Me mantuve observándolos durante un extenso rato mientras parecían querer cometer homicidio allí mismo y solo con la mirada. No pretendía usar mi forma digimon ya que sería demasiado por lo que debía depender de Ior por el momento, los humanos siempre veían o interpretaban poco en las palabras de los demás ¿Dejarles mis dudas? Vacilaba en hacerlo pero considerando que mi existencia era totalmente digital y contraria a la de ellos no tenía caso hablar de aquello, era, sinceramente, innecesario. En si yo había sido creado como un digimon original, un primero como lo eran los más antiguos entre los nuestros, desde las bestias sagradas hasta los antiguos guerreros legendarios. Mi condición de humano o Digi-Human debió darse posteriormente a mi "nacimiento" y muchos años después conocí a mi diosa por causalidades de la vida, por supuesto, ya que yo no encontraba las casualidades como fidedignas todo era causado por el destino, siempre forjado por las opciones que la vida ofrece, un abanico reducido por el humano a unas pocas opciones las cuales no podían ser relativas a pesar de que el mundo y la realidad lo eran. Realmente no les escuchaba del todo sino que dividía mi atención para dejar volar mi imaginación y poder darles un poco a los humanos junto a sus compañeros digimon.

Cuando mis ideas viajaban por el espacio sideral y el éter escuché a Shio, el guilmon, hablar sobre la actitud a de la albina con carácter Tsundere o Yangire, cualquiera de las dos. Me hizo gracia como reaccionó la castaña a pesar de que era lo normal, uno no espera una declaración dentro de un discurso contra un ser digital que los trajo al mundo humano para evitar la lid, más aún considerando que no eran un grupo unido, mucho menos sus personalidades llegaban a congeniar totalmente y debían pulir varios aspectos a los que les sacaron filo en la última media hora.... Quizás más. Suspire mientras colgaba a Byakko en mi hombro con la correa de cuero- Vaya, solo él se dio cuenta. Je. Ya era hora que tuvieran paz mutua ¿Ah? Y aún no veo su fin de matarse mutuamente después de todo en el fondo se preocupan por el otro ¿Eh?¿Eh? -Me puse a tararear alegremente por la situación a la que habíamos llegado.

Caminé hasta Shio con pasó felino, elegante y despreocupado, sin problemas de quien se cruce en mi camino- Claro, me gusta el pan con jamón, los sándwiches, los takoyaki, okonomiyaki, fangos de cerezo, mochi, pan francés... El único pan que no es de mi gusto es el sin sal. ¿Te gusta el chocolate? Yo lo adoro, ligeramente amargo posiblemente y con un café o croissants también me gustan los postres de mouse de chocolate mezclados con crema y frutillas o malvavisco ¡Oh! Y los bollos al vapor rellenos de cualquier cosa, que delicia. -Comencé a parlotear de comida ingenuamente como un niño observando caramelos en una tienda, si bien mi actitud era así en el fondo podía ser totalmente serio y siempre cargaba con dudas y responsabilidades, también con culpa, como cualquier humano- El pan untado en manteca, dulces de membrillo, chocolate, Nutella o dulce de leche es rico, demasiado aunque el dulce de lechera es dulce por mucho ¿Sabes? Siempre que intentó prepararlo me sale espantoso, la cocina no es mi fuerte, quizás orquesta no necesito comer o solo porque jamás cocine hasta probar la comida humana..... Mmm.... Te traeré la próxima vez panes de diferentes lugares del planeta tierra y el digimundo ¿Te parece? Puedo ir a cualquier lugar en un santiamén. -Cerré los ojos con una sonrisa labial estampada y llevé mi dedo índice en dirección a la izquierda para ladear la cabeza hacia el lado contrario.

Le hice señas al castaño con el Leomon para ver si estaba bien pues como no había hablado quizás era mudo como digo la albina.

– ¡Hmpf! si, si, muy gracioso raptor –masculle quitándole toda importancia a la broma de la lagartija sobre alimentada; peine mi cabello con cierta gracia y di la vuelta – No tengo intenciones de seguir con esta parafracia rebuscada –al decir esas palabras tome bruscamente de la mano a la castaña para llevarla conmigo. Me importaba un bledo que creyeran o no la broma del raptor, pero no dejaría que ese supuesto ser celestial se les acercara más de la cuenta, seamos o no peones para ellos es claro que nos ven como seres inferiores.