Stand Unrivaled

-pfff… ¿Se supone que este es el universo más cercano a conseguirlo?- dije seria sentada en algunos escombros, mirando al frente sin expresar ninguna emoción


-según mis datos…- respondió la especie de perro que me sobre volaba como un satélite a un planeta



-………- tras dar un “vistazo” a mí al redor recabe bastante información -pues sí, es verdad…- susurre, me había dado cuenta incluso que habíamos terminado en Tokio, Japón… mi país natal en alguna realidad y universos alternos a este -parece que no tenemos mucho tiempo…- me enderece y sacudí un poco mis ropas

-¿deberíamos esperar a alguno de los elegidos de este mundo? Hay varios particularmente cerca-

-…… sí, será lo mejor…-

Fue espinoso llegar donde mi adoptivo padre, fruncí el ceño significativamente, a sabiendas que al llegar habría, en aquel lugar, más personas, pero ¿Qué más daba? El mundo estaba hecho un desastre, por deducción, otras zonas debían estar igual de dañadas o peor, todo porque un señor, señora, señor se las dio por hacer de Kaiser, al menos yo lo veía así, no era capaz ver un trasfondo que no conocía correctamente y, en este caso, sacar deducciones era inútil. Los escombros en Tokio no hacían las cosas más sencillas, solo lo complicaban, más cuando tus camaradas no tenían la capacidad de volar, entrar al Digiquartz era exactamente lo mismo, una perdida de tiempo. Cuando logré localizar a una pelirroja vestida de blanco parpadee, sin entender bien de quien se trataba, vamos que hace un tiempo supe que estaría mi padre aquí y no fue así.

Entorné los ojos, si ellos estaban aquí podía confiar, aunque… Bufé, acercándome con paso tranquilo, mejor no empezar a escupir fuego, literalmente, y presentarme, podría pasar un dedo por el aire que seguro la tensión se cortaría cual mantequilla. El viejo seguro que se sorprendería si me sabía que iría, me había ordenado quedarme donde estuviese segura lo gracioso es que no había ningún lugar al que ir que fuese seguro, tenía una buena excusa para lidiar con los regaños. Alcé la mano a modo de saludo, deduciendo que los demás también eran elegidos… Si, lo sé, lo sé, sería tonto pensar que alguno no lo es o no es “especial” por decirlo de alguna forma. Incliné la cabeza dejando caer todos mis blancos cabellos hacia un lateral- Yo. No es un buen momento para que llegue, pero echar una ayuda no está demás. -Antes que piensen algo, y disfruten de esta ruptura a la cuarta pared que no haré nada seguido, socializar con la gente se me da un poco mal, debo controlar mi carácter, aunque a veces es mejor dejarlo salir, las formas de control de cada quien son distintas, tu “tranquilo” no es “mi templado” y viceversa.

Tras recibir un comunicado me movilice a Tokio, parecía que alguien particularmente importante  y especial se encontraba en dicha localidad esperando a diversos elegidos. Trate de demorarme lo menos posible yendo a lomos de Siesamon.

Una vez pude divisarlos, fue fácil identificar a la “Persona particularmente especial” de los 3 que allí se encontraban – Siento la demora, ni con  la ayuda de Hipnos y la policía digimon, DATS se da abasto en esta situación –explique bajando del digimon y con un leve dejo de nerviosismo en mi voz. Quede esperando a la respuesta de los demás.

Observe a cada uno con mi cara seria pero relajada -¿me dirán que solo serán ustedes 3 los que se quedaron a proteger la Tierra? Ahora entiendo por qué esta en este estado tan lamentable los dos mundos y la realidad del quartz… No perderé el tiempo pidiendo una explicación de cómo siendo más en todo sentido, un solo niño llorón consiguió llevar a un declive absoluto a no solo su planeta, sino que también al resto de universos- fui diciendo mientras terminaba de escanearlos -porque ya no tiene ningún caso ahora, pero… lo que sí quiero saber, es ¿saben por qué lo hizo?-

-¿echar una ayuda?- replico el perro verde que levitaba detrás de mí -Tuan, Tuan, ¿los niños de aquí son telepatas o visionarios? ¿o como saben que tienen que ayudarnos?- solo me encogí de hombros -me dan mucha curiosidad, saben que tienen que hacer algo, pero no hacen nada… ¿será por culpa de Etincel-sama? Quizás los puso como el universo 54… hmmm…-

Parpadee ligeramente, con mi único ojo al descubierto, antes de encogerme de hombros por lo que dijo el can cibernético. Abrí los brazos, indicando el desastre que había en todas partes, creo que esa era suficiente razón para "echar una mano" ¿No? Siempre podía irme si no me necesitaban, de todos modos, mi poder solo era ligeramente estable y mi digimon era del nivel novato, que desventaja para presentarme así sin más, pero tampoco podía sentarme a ver como el mundo sucumbía- Etto ¿Poder? No eh estado presente para saber cuales son sus objetivos, siendo sincera, pero siempre hay ideales tras cosas como estas, con saber que no es nada bueno, considerando las amenazas al universo... -Eso no aportaba nada, pero ¿Qué más da? Del vamos ¿Cuánto de la tierra destruyó el "niño llorón"? Para mi era suficiente razón para pensar que no solo iría a por éste lugar; era obvio, en el universo hay muchos lugares a parte de nuestro planeta. Fruncí el ceño, esperando para saber si alguien tenia una idea mínima, aunque "Tuan" como le llamo el chucho, debía saberlo o quizás no, sino no estaría preguntando.

Martille con mis dedos la empuñadura de mi god ark. Era una especie de tic, pero no nervioso o de impaciencia, sino de premura. Aquella mujer parecía un enigma en si misma; ostentaba un aroma parecido al mío y otros bio o god Eater; al embargo, también parecía tener un sin número de esencias igual que aquel cuarteto de hunter – Puede… puede que nos hayamos demorado mucho en actuar… ¡Pero…! Eh aprendido de primera mano que nunca es tarde, sin importar lo mínima que sea tu acción e influencia, nunca es tarde para tan siquiera intentar algo. –dirigí mi atención a mi diestra, aún tenía todo el brazo fuertemente vendado por lo ocurrido tras los hechos en Kadingir. – Por mucho tiempo viví sin esperanza, sin ninguna clase de valores más que el odio y el rencor, solo con el deseo de venganza… pero fui conociendo a tantas personas y digimon, que poco a poco me di cuenta de lo que es realmente valioso e importante. Por eso, aunque digas que sabíamos que hacer y no actuamos oportunamente… incluso tú, estas aquí, no ayer, no mañana… sino que… hoy, ahora –dirigí mis orbes cian a los suyos carmín – No se trata de ser fuerte y saber qué hacer, tampoco se trata de tener los poderes más lujosos ni nada así… simplemente se trata de tener la suficiente fuerza de voluntad. Da igual si a llamas perseverancia, tenacidad, determinación o como sea. Con que tengas un poquito y el apoyo de alguien más… puedes hacer  lo que sea te propongas –en efecto, esas palabras estaban grabadas fuertemente en lo más profundo de mi mente y corazón de parte de Little one, sus digimon y tantos otros, que no podía quedarme simplemente callada – Así que, si de verdad puedes ayudarnos a ayudar, bríndanos tu apoyo… sino, tan siquiera no te burles de nuestra ineptitud e incompetencia

-…- iba a responderle a la niña de cabello platino y corto, ocha-ken era un shinki diseñado para ser relajante pero demasiado “directo y curioso”, pero como la otra albina interrumpió solo solté una pequeña risa -lo siento por eso; es una IA de alta tecnología, pero no perfecta… te aseguro que no quería burlarse de ustedes- sostuve una media sonrisa por unos segundos -muchos tipos de personas se mezclan en el campo de batalla, pero en sitios “pacíficos” es diferente, como si todos fueran espejos… Hmpf… por ahora eso no importa mucho, pero…- mire a los 3, uno por uno recabando sus datos de nuevo -él que creo todo esto… sigue aquí. Sí, justo como lo escuchan, él sigue aquí… no como el dios que tanto proclama ser, sino como algo más bien… ¿patetico…? Ah… no encuentro la palabra, pero, él sigue aquí… ¿quieren buscarlo?-

Kavacha, esa rubia no podía ser más clara respecto a lo que sentía, es cierto que no gustaba que burlen mis ideales y sentimientos, pero yo sentía, por aquella persona que destruyó gran parte de nuestro planeta, cierto rencor, molestia, porque al querer cumplir la un deseo loco había perjudicado a las personas, independientemente de quién sea ¿Acaso no podía dejar correr el destino? Nadie pidió que todo lo que conocemos y que no conocemos sea destruido, ansiaba encontrarlo para que sienta mi fuego, para que sienta lo que nosotros sentimos... Quizás ya lo hace, probablemente no le importe y más que hablar tengamos que molerlo a golpes hasta que entienda, aunque esa no es la solución más justa ¿Por qué no apalearlo un poco? No es como si un ente con el razonamiento de un niño estuviese maquinando esta catástrofe- Jugar con el destino no es algo que debamos dejar que hagan a sus anchas. Es mejor pensar en ir por lo fácil a hacer lo correcto. No sé bien con que fin esa persona haya dañado tantas vidas... Pero nada lo justifica. Vayamos a por él y acabemos con esto e una vez por todas. Sino los apoyamos antes, al menos que sea aquí y ahora. -Presioné mi mano en un puño, frunciendo ligeramente el ceño mientas observaba a la chica de iris rojos, parecían ser cibernéticos, como si fuesen los de un robot...

Hice todo lo que pude por aguantar la risa, de verdad que me daban gracia estos elegidos. Pero cuando la del segundo fuego menciono la parte de “Jugar con el destino” y justo cuando termino de hablar no pude más y deje escapar una risilla -… vaya; eso es lo mismo que tirarme una buena pedrada. Además, hasta donde ustedes comprenden, puede ser el destino de Eita ser el nuevo dios… ¿No? en todas las culturas y sociedades, incluso para conseguir que puedan comer un trozo de carne o cualquiera de sus comodidades, fueron a costa de inumerables sacrificios y baños de sangre sin fin. “La guerra no cambia nunca”… pero bueno, no empecemos a hablar sobre esos contextos fuera de una comprensión promedio- me enderece sacudiendo el polvo de mi ropa -Ochaken, ¿Ya lo ubicaste?-

-¡por supuesto!- respondió al instante  volando alrededor de todos -pero ninguno de estos elegidos tienen la capacidad para acudir al mundo onírico o enlazar… bueno, tienen enlaces con sus digimon como cabría esperar de un d-ark, un loader y una hibridación, pero… aun así, no parecen tener un vínculo tan siquiera estable con Eita… a menos que usemos su odio =D-

-hmmmm… no… mejor, usemos esto- de mi casaca saque un cubo cibernético -les otorgare el watch me, ¿les parece bien?- con mano libre señale mi ojo izquierdo -no se preocupen, no es algo doloroso o adverso para ustedes. Por el contrario, es una “mejora” piensen en el como un artilugio que los ayudar a mejorar sus capacidades cognitivas y tecnológicas, entre otras- les tendí la mano con la que sujetaba el cubo -basta con que toquen este cubo para que la instalación comience, será cosa de uno o dos segundos-

Encarné una ceja perfilando una mueca de oreja a oreja, casi como el gato Cheshire, atisbé a mi al derredor por un instante, comprobando que el mundo estaba igual que siempre ¿Cuál era la sorpresa? Siempre fue así, pero nadie lo había llevado tan lejos al punto de destruirlo todo, no solo en la tierra, sino en otros mundos. Bien sabía como era el mundo de arbitrario, pero por lo general salía "adelante" ¿No? O algo así, pues nosotros habíamos acarreado muy al borde ¿y si fuese mejor así? Ahora habría menos personas que dañen la naturaleza... No, solo torció el destino para si, no para los demás- Un dios es el que soporta el peso del universo, el peso de las consecuencias de lo que crea. Lo que hizo él no es diferente al resto, solo es más de lo mismo, sin importar cuales fuesen sus formas. Solo se adjudicó el derecho de hacerlo. -Mencioné con las manos en la cintura, eso era lo que yo creía ¿Por qué en otros astros o mundos debía causar estragos? La paz era solo un ideal utópico que cualquiera deseaba alcanzar, pero yo prefería mi libertad parcial.

Contemplé al can droide, no suprimí la sonrisa que se ladeaba en mi faz mientras hablaba y me rasqué el puente de la nariz cuando acabó su departir- Le vi y oí de él algunas cosas, pero tampoco voy a felicitarlo por hacer un buen trabajo. Quizás cuando sepa el trasfondo pueda, ahora mismo desconozco siquiera como es su esclerótica. -Elevé mis hombros sutilmente, mirando el cubo que Tuan sacaría de su chamarra y auscultando la explicación sobre el dichoso objeto. Sopesé las posibilidades que aquello fuese peligroso, empero no podía serlo ¿Verdad? Sino no se tomaría la molestia de venir hasta aquí, más con el poder que parece poseer. Conduje mi mano hacia el cubo, tocándolo con mis dedos y luego la palma llena de cicatrices- Mientras aprendamos que está detrás de todo esto. -Dije, segura de mi misma.

– A los dioses… realmente nunca les ha importado que le pase a sus creaciones. Tengo la terrible sensación de… no, mejor dicho, creo saber que nos dirá Eita cuando demos con él –murmure al tiempo que también extendía mi mano al cubo. De los presentes, era la que más había interactuado con Eita; por ende, podía comprender superficialmente las palabras y acciones de la pelirroja – My deystvitel'no bespolezny –murmure en retrospectiva, chocando mi gélida y taciturna mirada contra los ardientes pero claros orbes escarlata de nuestra interlocutora…