Un encuentro… ¿Fatídico? [Posilibilidades de morir altas]

-¿eh?- alcance a decir antes de ser impulsada hacia adelante por la peli blanca -¡¿qué parte de “tenemos que trabajar en equipo” no entiendes?!- respondí ya enojada y harta de su forma de ser -¿crees que a mí me gusta está aquí atorada contigo? Para mí y Shio es mejor andar solos- no podía frenarme y voltearme a verla pues era muy fuerte y con solo su agarre en mi hombro conseguía empujarme con facilidad -¡tú, idiota! No puedes tratarnos a todos como si-- - repentinamente pregunto si me había dado cuenta de algo, lo que me corto el enojo bruscamente -¿eh…? ¿el árbol…?- balbuce confundida afinando la vista para verlo mejor -¡idiota! ¡ya me arte!- le grite cuando me dijo “señorita enciclopedia” -¡no tengo idea de por qué los arboles lucen así! Deberían de verse por completo secos, negros, muertos- comencé a hablar más y más fuerte sin importarme en nada que eso atrajera un digimon que nos atacase -¡dije que sabía un poco del digimundo, no que lo sabría todo! Además, te las das de saber todo y poder con todo pero al final me cargas las responsabilidades; como si yo fuera alguna clase de oráculo virtual con las respuestas de todo- al gritarle todo eso di un desplante al suelo liberando algunos relámpagos

El estruendo de mis propios relámpagos me hizo reaccionar, cortándome a mí misma la rabieta -así que aquí también puedo hacerlo…- susurre para mí misma, en eso la brújula del digivice se activó mostrando varios puntos yendo hacia nosotras -diablos…- farfulle mostrándole el digivice a Alisa para que viera la situación en la que estábamos -¿aún no quieres cooperar?- le pregunte apretando la mandíbula y frunciendo el ceño. Aunque no quisiera la arrastraría conmigo, no era propio de mi andar dejando a otros atrás, menos en situaciones locas como esta

En primera instancia me fue impactante y ensordecedor el repentino cambio de actitud de la niña, a lo que no encontré explicación fue a la desperdigación de energía eléctrica a la vez de su desplante colérico – Bravo, buen trabajo –dije luego de soltar su pequeño y frágil hombro mientras aplaudía sarcástica – Te quejas de mi forma de actuar, pero al menos no pretendo ser dulce y agradable cuando en realidad soy una histérica batería sobrecargada –mi tono además de ser tajante igual que siempre reflejaba  perfectamente lo que pensaba de ella y como mis palabras eran verdad; siempre es fácil ver la astilla en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.

– Si en un principio no tenía opción ¿Crees que ahora sí? –expuse satírica – ¿No quieres cargar con todo? Bien, propongo internarnos en una parte donde el bosque esté más cerrado; los digimon suelen tener tamaños exagerados; teniendo eso en cuenta solo los voladores serian un problema –silencie un momento – El problema radica en que los arboles tienen ese extraño aspecto anaranjado y por si fuera poco, cabe la posibilidad de que sin reparo alguno incendien el bosque o algo parecido –chasquee la lengua y gire 180°, estrellando mi espalda contra la suya – Sí quieres que sea honesta, prefiero pelear directamente contra lo sea que nos enfrentemos –expuse con sinceridad – Usa esos rayos… yo usare el “Digisoul”

Rugidos acompañados de la tierra temblando a cada segundo más cercanos entonaban la cercanía de nuestro cruento encuentro, los primeros en llegar tendrían que ser algún digimon cuadrúpedo corredor y otro volador; sabia esta información por el intervalo de tiempo en los temblores originados por las pisadas del terrestres y debido que a lo lejos distinguía una figura voladora era obvia su naturaleza.

–  Biribiri… ignoro que tanto deseas vivir; pero por mi parte puedes estar segura que me niego a morir en este sitio tan repudiable.

-…- solo pude chasquear la lengua y tragarme mi orgullo con sus palabras; para bien o para mal tenía la razón. Al sentir su espalda contra la mía, puede sentir su decisión y convicción en esta pelea -va, entonces… solo queda pelearnos contra ellos…- respondí tras escuchar sus planes por completo; el primer digimon que vi era un perro negro de gran tamaño -Cerbermon un digimon bestia demoniaca que es llamado “perro guardián del infierno” su ataque especial es abrir una puerta al Dark area- dije leyendo la información que había aparecido en el d-ark -un problema con los relámpagos que use hace rato… no estoy muy acostumbrada a hacerlos fuera del laboratorio… pero…- colgué de nuevo el digivice en mi cintura y del bolsillo de la falda saque un moneda la que lance al aire estirando el brazo derecho y “cargando” electricidad a mi alrededor, de tal forma que no afectara Alisa -¿sabes lo que es un railgun?- dije, justo a la última palabra la moneda quedo a la altura de mi mano, la cual golpe con el dedo como si fuera una canica; como resultado la moneda salió disparada dejando un rastro de luz envuelta en energía eléctrica

La velocidad fue tal que alcanzo a Cerberumon en un parpadeo impactándole directamente en la cabeza haciéndole salir volando de un vuelco por sobre nosotras, ya que el impacto repentino lo freno de golpe, pero por la velocidad que llevaba él hizo que sus piernas se levantaran y por eso salió volando hacia el frente; su cuerpo evito que el digimon que volaba nos alcanzara; este segundo digimon era un esqueleto animal de un tamaño enorme -¡uno menos!- me di media vuelta para ver a ambos digimon y afirme victoriosa… hasta que el perro se levantó sacudiendo su cabeza; la laceración que le había hecho con el railgun se había reparado por completo-erm… creo que mejor….- abrace el huevo de Shio como un balón de futboll americano y con la mano derecha arroje tanta electricidad hacia adelante como pude para cegarlos, después tome de la mano a Alisa para echarnos a correr -si el railgun apenas le hizo algo, no creo que podamos contra ellos… mejor huyamos- explique entre jadeos mientras corríamos

otro digimon:

Insegura, segura; oscilaba entre esas 2 emociones explicando su falta de seguridad sobre el empleo de esos extraños relámpagos de los que parecía no tener pleno control. De un segundo a otro realizando una pregunta escueta y como si fuera un para-rayos, no, lo correcto sería decir: “Un a tractor de rayos”. Al redor suyo y por consiguiente mío se agrupo energía electica creando un círculo electrificado en el suelo; siguiendo mí instinto primario de supervivencia me quedé inmóvil, expectante de sus acciones. Gire ligeramente la cabeza para poder observar lo que tenía entre manos.

El instante en el que con un sencillo golpecillo de su dedo ocasiono una ráfaga de poder increíble con la cual fue suficiente para frenar al perro demoniaco haciéndolo soltar un alarido de dolor y mandarlo por los aires fui llenada de sorpresa, incredulidad, asombro y demás sinónimos. Aquel poder era abrumador y aun así estaba guardado en el pequeño y frágil cuerpo de Misaka. Con solo ese golpe había conseguido una explosión de energía muy parecida al Royal Sabe de Dukemon o el Chaos Flare de Beelzebumon; esa misma fuga de fuerza genero un impacto de aire que consiguió desequilibrarme; por su parte la niña parecía estar acostumbrada a ese golpe de aire actuando como un crio que gano un concurso de fuerza en alguna feria popular.

– (Railgun… había escuchado hablar de esa arma experimental, verlo en acción sin embargo…) –tragué en seco dirigiendo mi atención al digimon restante, el cual por culpa del perro se vio obligado a retroceder – Ahora entiendo por qué estabas tan tranquila, Biribiri. Pudiendo acabar a un perfect tan eficientemente… –oraba con un claro dejo de sorpresa en mis palabas pero sin dejar de lado mi cinismo. ¿Sería hoy el día de las sorpresas? No solo una niña puede usar electricidad a su antojo, a su vez un digimon tiene una armadura proactiva la cual pudo resistir el impacto del certero golpe anterior.  Poniéndome en guardia nuevamente, la siguiente decisión de la niña me tomo por sorpresa de nueva cuenta; desplegando un deslumbrante muro eléctrico me tomo de la mano y prefirió escapar – ¿Cual es tú problema? No hay necesidad de huir, con una buena estrategia podríamos… –caí en cuenta de algo mientas trataba de mantener su paso. La diferencia de estaturas ocasionaba que mis pasos fueran cortos y torpes, pero podía ver por sobre de ella con cierta facilidad. La razón de esa niña por supervivir no era si quiera su propia vida, mucho menos la mía. No. Su único deseo de supervivir era, el proteger el huevo que descansaba en su agarre protector y acogedor como el de una madre.

Pese a ir corriendo a su corto paso, inhale aire apretando los dientes, “El sentirse protegido y poder proteger…”  resonaron esas palabras proferidas por el joven y altivo pelirrojo en la reunión de la diosa. “Supervivir bajo cualquier precio… destruir a todos los digimon que incurran en el mundo humano; vengarte del que devoró a tus padres” Esas palabras que siempre me fueron imputadas durante el entrenamiento ahora perdían sentido, por culpa de las acciones de esta niña y el pobre pero correcto juicio del pelirrojo altivo. Percusiones y temblores del suelo sonando al son del aleteo de las esqueléticas alas del abrumador y esquelético digimon volador secundadas por los rugidos de ambos opacando nuestro, en comparación, lento avance, sonar de pisadas y latidos de corazón – Mi turno –proferí dando un potente paso impulsado levantando con mis brazos a la niña pudiendo correr de mejor manera – Huir teniéndome en cuenta, estoy agradecida por eso (Bien pudo escapar dejándome como distracción, y sin embargo…) –siendo invadida por sentimientos que nunca había tenido antes, el afán por supervivir en estos instantes era por completo diferente al llevado durante el resto de mi corta existencia. Esos sentimientos que me llenaban, tocaría aclararlos una vez saliéramos de esta – (¡…! ¿Saliéramos…? ¡Tch! Comenzando a hablar en plural, ¿Eh?).

-¿Cuántas monedas crees que traigo encima?- le pregunte en nuestra carrera de huida cuando dijo que no había necesidad de huir -hasta hace unas horas, era el comienzo de un día normal para mí; no todo esto…- comente entre jadeos. De venir sola se me haría más fácil correr y despistarlos, o incluso atacarles con una súper descarga eléctrica… pero de hacer eso ahora dañaría también a Alisa; es algo borde, sí, pero no por eso le aré daño -joder… no tiene mucho caso solo correr en línea recta- me quejé a los cuatro vientos escuchando como se acercaban; por suerte los temblores que ocasionaban al correr no nos desequilibraban mucho

-¿heh…?- de un momento a otro, con hábil movimiento y sin detenerse la peliblanca había conseguido cargarme sin dificultad en sus brazos -¡¿p-por qué me cargas sin avisar?!- pregunte escandalizada estando apunto de forcejear con ella para que me bajara, pero mire por sobre su hombro y distinguí las siluetas de los digimon por entre la niebla ya muy cerca de nosotras -¡no importa, solo corre!- en alguna parte había escuchado que para el que carga de esta forma, se le facilita si la persona cargada se agarra de su cuello, ni idea de que tan verdad sea pero por cualquier caso lo hice -¡¿qué razón tendría para dejarte atrás, idiota?!- no podía dejarle toda la huida solo a ella; con desesperación lance una descarga eléctrica desde el suelo detrás de nosotras para levantar el hierro en este. En el mundo humano, podía incluso sacar el hierro en el oxígeno… el problema es que al parecer en esta zona del digimundo había apenas suficiente como para déjame crear un “muro” de casi 4 x 6 metros el cual mantuve a un metro de nosotras como un escudo; podría moverlo a tiempo para frenar alguno de sus ataques -maldición, aun en este bosque neblinoso no se me ocurre a donde podamos ir- tras decir eso chasquee la lengua, para colmo la alarma del d-ark se encendió mostrando a otro digimon en las cercanías -esto parece salido de una película de monstruos antigua- pensé imaginando por un segundo esas cutres películas de maquetas gigantes -al menos no es una araña monstruosa la que nos persigue…- pensé con cierto alivio, tratando de idear un plan de como escapar

– Si puedes controlar arena metálica, ¿Por qué no la solidificas y creas balas de hierro? –articule con cierta indignación cuando expuso la carencia de munición para el “Railgun”. Poniéndolo en retrospectiva, sería inútil cuando menos contra el perro con armadura regenerativa.

Facilito el llevarla al rodearme el cuello con los brazos – ¡Deja de gritar en mi oído! Con todo este ruido es imposible conseguir perderlos. Aun en el intento de huida trataba de recordar la topografía del bosque; durante mi entrenamiento de hicieron memorizar rutas de escape por cualquier situación… Desgraciadamente no prestaba mucha atención esos días debido a que jamás me plantee en esta situación. Huir y estar haciéndolo junto a alguien no era una de mis añoranzas. La señal del digivice de Misaka me saco de mi ensimismamiento además de concederme una idea arriesgada – Misaka, podríamos usar ese tercer digimon como carnada, que el distraiga a esos 2 y--

– ¡Hellfire! se escuchó detrás de nosotras seguido de un llameante sonido dando como resultado una llamarada ardiente roja chocando con el muro protector de Misaka.

No espere respuesta de la pequeña disponiéndome a seguir con mi propuesta yendo al sitio señalado por el dispositivo. Ignoraba que digimon se encontraba en el lugar y mucho más si de buena gana nos ayudaría o terminaría uniéndose a esta persecución…

Me le quedé viendo despectivamente -y si quieres también les hago una lluvia de plasma- en teoría podría hacer algo como eso pero necesitaría demasiada concentración, estar quieta y juntar grandes cantidades de electricidad acercándome a mi máxima potencia de salida. Con eso último en mente, aunque Alisa me esté cargando, solo conseguiría matarla en el puro proceso de juntar energía; lo que ella quería que hiciera y el railgun eran cosas y procesos diferentes. -una carnada…- lo cierto era que no sabíamos qué clase de digimon se nos acercaba… por mero reflejo moví el muro de arena a tiempo para parar la llamarada de fuego además de que salte de los brazos de Alisa dejándole el huevo de Shio -tienes razón… necesitamos una carnada…- dije caminando hacia los digimon empujando el muro en mi paso, varios relámpagos fueron visibles saliendo de mi hacia el cielo -te encargo a Shio y esto- dije arrojándole el d-ark y con el muro casi colapsando por el fuego -hay cosas que yo puedo hacer… y que tú puedes hacer…- agitando el brazo hacia adelante arroje una descarga eléctrica continua (hacia los digimon) barriendo con mi muro y las llamas por igual

Astutamente el Skull usaba de escudo a Cerberumon, con su armadura reconstructiva no tenía problemas en soportar la electricidad que le arrojara por muy fuerte que fuera -….- cambie el patrón de onda aumentando la fuerza y varios factores, no quería atravesar su armadura... no… esta vez… la calentaría causándole quemaduras internas. La neblina  por su composición química solo me favorecía creando una recarga en mi electricidad y el empuje de salida la llevaba hacia ambos digimon -no quiero matarlos… ni se por qué nos atacan… así que… váyanse ahora que pueden…- pedí con un tono melancólico mirando el suelo manteniendo el flujo eléctrico para que no intentaran ninguna acción desesperada

– Si puedes crear plasma ¿A que estas esperando? ¡¿Quieres que nos devoren?!.

En plena carrera y de alguna forma Misaka se había liberado de mi agarre sustituyendo su persona con su huevo – ¡¿Qué estas--?! –de vuelta a su confianza desmedida y orando estupideces de héroes hollywoodenses me ¿Cedió? Su digivice y su digimon. Para ese punto ya había frenado mi carrera intentando regresar por ella – ¿¡A qué te refieres con eso!? ¿Pretendes que te deje atrás sin más? –mis desesperas palabras no hacían mella en su decisión. Los relámpagos que se agrupaban en ella hacían imposible el acercarme a ella y cargarla de nueva cuenta.

Con gran fuerza se despidió de su defensa además del ataque flamígero, igualmente la armadura del perro era suficiente para resistir su acometida. Cuando menos eso era lo que distinguía de entre el espectáculo de luces y destellos que liberaba esa niña – (Lo sabía… no es lo suficientemente fuerte para ¡…!) –el choque eléctrico que disparaba se potencio liberando aún más energía. De nueva cuenta podía sentir como podría ser arrastrada por esa fuerza mientras que ella estaba allí de pie, con solo su cabello sufriendo una danza  errática por el flujo de energías  – (¿Cambio el flujo para crear fricción? ¡¿Quién demonios es esta niña?! Lograr inmovilizar 2 perfect… sin sudar una gota… ¿Y se niega a acabarlos? Tengo problemas para definir si es fuerte o débil…) –solo pudiendo estar de pie evitando ser arrastrada y protegiendo el huevo y dispositivo digital observe con dificultad la incomparable fuerza de Misaka.

La impotencia de lo sucedido aquel fatídico día me inundaba con la única diferencia que ahora me sentía ¿Protegida?. Era extraño, pero aun siendo testigo de la monstruosidad que demostraba ser Misaka, no sentía miedo o repudio... de alguna forma me sentía identificada con ella, pero también protegida – (¿Qué es esto que estoy sintiendo?) –la alarma del dispositivo perteneciente a la niña apenas si pude escucharla; distinguir la pantalla fue aun mas difícil – ¡¡Littleone, el tercer digimon esta prácticamente aquí!! –advertí gritando con todas mis fuerzas para que mi voz la alcanzara de entre todos los ruidos que ella creaba.

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El rugido del motor de Behemonth era la mejor música para mis oídos. Me había llegado un mensaje del ridículo de Barbamon diciendo que teníamos que reunirnos y reformar a los Demon Lord – ¡Bah! ¿Pero quien se cree ese viejo decrepito que es para darme órdenes? –para colmo el imbécil de Demon se había puesto de su lado y el tal NEO; según lo que me habían dicho los elegidos en turno no eran más que una panda de inútiles que no llegaban ni a mega. No había nada divertido para mi enfrentarme a un montón de lloricas como esos, menos ponerme de lado de un enano con objetivos tan pendejos como un universo perfecto – Un jodido mundo sin putas peleas sería peor que el paraíso para mí, ¡Que no me quieran joder esos mal nacidos!.

Como siempre para mí era mejor conducir por todo el digital world en búsqueda de enemigos poderosos para alimentarme de sus datos; seguro en mi “Tierra natal” el Dark area encontraría un buen par de cabrones con los que pelear. El bosque con su maldita neblina no eran nada para mí y el rugido de Behemoth, abrirnos paso era como en cualquier otra parte. Bastando con dar algunos disparos a la mierda que no se quitaba del camino y paso libre – ¡…! –frene de golpe al distinguir entre la espesa niebla un destello y el retumbar de relámpagos – ¿Una tormenta aquí? ¡Y una mierda! Será algún ángel perdido que se encontrara con mis Berenhenas –ladrando eufórico acelere al origen.

La sorpresa que me lleve al ver a una criaja humana reteniendo a Cerberusmon y a Skull Baluchimon con electricidad que salía de ella misma fue demasiada; vacile en creer que fuera una digihuman o una de esas cosas… soulhybrid o algo así, por un momento pero apestaba a humana genuina. Anubimon debe de tener jodidos problemas si deja suelto al perro, pero el esqueleto no pinta nada aquí… a menos claro que sea del ejército de Barbamon. Desenfunde a una de mis preciosas y la dispare en contra de la mano de la cría eléctrica conduciendo hacia esta. No quería lastimarla, aun… tenía que librarme primero de las  pestes que estaba atacando – ¡Piérdanse! –frene y con la mano libre desenfunde a mi otra niña disparando ambas al suelo contra los dos digimon. Al reconocerme ambos se largaron – ¿Pero que tenemos aquí? Si no es otra cosa que un par de lindas humanas –conducía rodeándolas – ¿Se perdieron? ¿O fracasaron en su intento de robar ese huevo? -una diabólica sonrisa estaba adornando mi enfermo rostro, al menos la enana castaña parecía un buen rival por muy humana que fuera.

-maldición…- pensé pues comenzaba a sentirme peor que mal. Por mucho que actuase como si todo lo que hacía era lo más común del mundo, ya no podía enfocar la mirada sumado al mareo y dolor de cabeza -mierda, había olvidado al otro digimon- alcance a pensar de nuevo tras el aviso de Alisa -¿qué haremos…? Por mucho que derrote a este par...- ese pensamiento se vio cortado por el sonido de un disparo, apenas si pude quitar el brazo con el que dirigía la descarga eléctrica del rumbo de la bala disparada por el último en llegar. No sabía si estaba de nuestro lado o no, pero ahuyentó a los  digimon que nos estaban atacando

Cuando se puso a conducir la motocicleta en la que estaba montado a nuestro alrededor y con lo que dijo, entendí que no… no estaba de nuestro lado -¡hmpf! ¿desde cuándo hay digihuevos en el dark area?- refute sarcástica -¿por que no… ¡te pierdes tú también!?- tenía pensado arrojarle una descarga eléctrica pero mis piernas se rindieron y caí al suelo tosiendo sangre -si tan solo…- murmure y con mucho esfuerzo saque una moneda de mi falda tratando de apuntar al digimon motero. Sentía como si estuviera llorando, pero sabía que esas lagrimas no eran nada más que sangre al igual que la que brotaba de mis oídos y nariz; había pasado el límite que me había puesto al usar esos rayos -tengo que… que…- de nuevo junte electricidad para hacer un segundo railgun, pero todo se puso negro de un segundo a otro al tiempo que me desplomaba a un lado -mis padres tenían razón…- fue lo último que alcance a murmurar antes de quedar por completo incociente

Más demore en advertir a littleone de la llegada del tercer digimon a que este ya estuviera frente de  nosotras; el digivice negro de la castaña automáticamente desplego una pantalla holográfica con la imagen e información de este, sin embargo como si sufriera un fallo se rescribió la información mostrando ahora una evolución de este seguido de otro error mostrando su variable con el Anticuerpo X – Belzeebumon… Mega… –murmure tragando en seco; no estaba muy segura de las capacidades ni del digimon ni de la castaña, pero quizás aún podríamos encararlo.

Mientras le vigilaba con la mirada, Misaka súbitamente flagelo al suelo tosiendo bocanadas de sangre,  en un movimiento me acerque a socorrerla. Me había tragado toda su actuación de estar perfectamente bien debió a estar a sus espaldas, pero ahora que veía su rostro… completamente pálida, fatigada y cubierta de sangre entendía lo mucho que se había sobre exigido. Como guirlanda en el pastel continuaba intentado encarar al recién llegado con lo que quizás era su última moneda. Respire profundamente, apretando mi agarre en su espalda, no podía decirle nada para reprocharle, no, no ahora; teníamos algo más importante que hacer – Esta vez… será diferente… –murmure poniendo el digiegg de la castaña en sus brazos al igual que su digivice cuando esta se desmayó, al tiempo tenia cortas y obtusas imágenes de lo ocurrido con mis padres apareciendo en mi mente – Así muera… –me reincorpore con la mirada oculta poniéndome en posición de combate – ¡No dejare que la toques! –en mis puños explote toda la Digisoul que nunca había liberado antes chocando mi mirada furiosa y decidida; la Digisoul bailando en mis puños no era la clásica de color rojo sangriento de siempre, ahora había tomado una tonalidad dorada eh incluso brillante.

Mi venganza, aquella que me había llenado de valor para continuar viviendo dándome un único propósito parecía tan pequeña e irrelevante en comparación a mi actual afán, el cual era proteger a Misaka aun a costo de mi vida; ella menciono a sus padres antes de caer por completo inconsciente. Ella aún tiene alguien esperándola… por ella… yo…

Sin pensarlo me abalance contra el motero digital soltando un grito de guerra con todas mis fuerzas saltando por sobre su moto para propinarle en el rostro un puñetazo cargado con el único deseo en mi mente. En retrospectiva nunca se me había cruzado por la mente intentar algo como esto, atacar directamente y proteger a alguien… – (¿Esto es lo que sintió el capitán?) –ese fugaz pensamiento se cruzó por mi mente en las fracciones de segundo en la trayectoria de mi ataque. Pelear aun a sabiendas de la muerte segura, solo por proteger a un desconocido… eh de suponer, que ella ya no vale como un desconocido…

La rata eléctrica tenía bastantes ganas de pelear, pero la estúpida se desplomo – Humana al final… –escupí al suelo frenando a Behemoth, mirando a la rata en un patético inténtenlo de seguir peleando, enfunde a mis preciosas cruzándome de brazos – Criaja, mejor que te calmes, o si no –sin más se desplomo cuando la otra humana la ayudo. Ahora que me fijaba bien la cría peliblanca olía como digimon además de que exploto energía dorada – ¿Quieres pelear? –sabía que era el Digisoul aun cuando nunca lo había visto en un humano, escuché de un colega en particular que incluso había un par de cabrones humanos que golpearon a uno de los 7, Belphemon no tenía mucha suerte o era más débil de lo que aparenta.

Como una bestia salvaje la loca humana se me abalanzo encima, en mi puta vida nadie me había hecho eso, nunca nadie… me había dado un golpe limpio en la cara. Aferrándome al manubrio de Behemoth, tensando espalda y cuello evite que esa desgraciada me mandara por los aires – ¡Puta…! ¡Grrrr…! –no me rendiría ni me haría a un lado, ¡No! imprimí fuerza en mi cabeza para hacerla retroceder, una puta humana no me humillaría; basta y sobra un putazo limpio. ¿Por qué no les hizo esto a esos? Seguro les habría hecho daño suficiente para hacerlos largarse – ¡Cálmate maldita…! ¡Quiero pelear limpio contra ustedes 2! Seguro ahora no podrás hacer más que esto –si todos los humanos que se enfrentarían a NEO eran asi de cabrones, quizá me replanteara unirme al ruedo.

-maldición… no puedo… solo… desmayare ahora…- pensaba con dificultad tratando de recobrarme, pero solo podía entre abrir los ojos y ver al digimon que había llegado. Cerré los ojos en lo que yo creí era solo un instante, pero el grito de Alisa me hizo reaccionar un poco, me lleve una gran sorpresa al ver como se había lanzado en contra del digimon con una energía dorada saliendo en sus puños -tch…- solo pude chasquear la lengua quedando otra vez inconsciente

Ese asqueroso Digimon tenía razón, por mucho que me esforzara ahora solo podía hacer este golpe de alguna forma milagrosa. Me maldije a mí misma, debí de proceder inmediatamente con la inyección de ADN en lugar de precipitarme al venir a este endemoniado lugar. Una repentina descompensación energética me inundo haciendo que mi ataque flaqueara en una fracción de tiempo minúscula. Maldito el momento en el que el Digisoul implicaba un desgaste real del cuerpo, de no ser por eso…

Pude impulsarme hacia atrás cayendo a un metro lejos del motero, estaba exhausta y el Digisoul dorado me había abandonado ya – (¿Qué debería hacer…? ¡¿Cómo se supone que la salve…?! ¿Debería rogar por nuestro perdón…?) –el cansancio sumado a la tensión en mi cuerpo me llevo a arrodillarme sobre una pierna, tratando por todos los medios de mantener mi guardia alta. Misaka había emitido un leve sonido que fui capaz de captar – (¿¡Sigue viva…!?) Mencionaste que quieres pelear limpio contra nosotras… ¿Desde cuándo los Demon Lord pelean limpio? –inquirí altanera, la biblioteca del dispositivo de la castaña lo había marcado como un miembro de dicho grupo. También sabia la enorme desventaja que tenía en su contra, pero suplicar clemencia sería algo que ni siquiera haría en el fin de mis días – ¿Qué pretendes conseguir soltando esa mierda? –conseguí formular antes de toser soltando algunas gotas de sangre.

Solté la más fuerte y sonora carcajada que en toda mi jodida vida jamás me había echado, esta niñata tenía los cojones bien puestos. Ya no podía usar esa porquería dorada, estaba exhausta y aun así no se rendía, para colmo la rata eléctrica también luchaba por despertar pese a ser una fuente de sangre. ¿Podría pedir un entrenamiento mejor? Joder ¡Sí hasta me dan ganas de unírmeles en esta mierda de guerra! Únicamente para asegurarme de que sobrevivan y así poder enfrentarlas sin pena ni gloria

– ¡Hmpf! –corte mi carcajada de golpe y la señale con mis metálicas garras – Jodidas niñas, ambas se ganaron mi puto respeto ¡Estén orgullosas de eso! –volví a cagarme de la risa por unos momentos para parar al necesitar aire, suspire muerto y continúe hablando – Justo ahora, los demás Demon Lord, cuando menos Barbamon y Demon se están moviendo junto al pringado de NEO, seguro si se quedan papando moscas aquí las maten –explicando la obviedad del asunto en el que estaban metidas di media vuelta a mi amada Behemoth quedando justo al lado de la desmallada – Suban, las llevare al sitio donde es común ver portales abrirse.