Sister Gorgon

Puedo sentirlo… como lo prometió… Espero no huyan como la presa que nos contaste… Shaula Somos parte de él ahora… bueno, da lo mismo si podemos hacer eso

Conversaba ese trio de mujeres de ropajes obscuros y siniestra aura, las tres tranquilamente reunidas en el centro de una plaza de corte romano a mitad de la noche…

Al otro lado del portal se encontraban te siniestras señoras, al menos dos de ellas lo parecían mientras que otra era casi una niña, al embargo, manaban un aura nada amistosa, algo que no me sorprendía pero si que una de ellas fuese aquella joven que me encontré en otra dimensión, el pasado era bastante cercano por lo que no me hacía gracia- Vaya... el universo es pequeño. -Comenté con un mal sabor en la boca y preparando mi digivice para sacar al resto-

¡Hmpf! Que falta de modales más grande, no solo interrumpe nuestra charla, sino que incluso nos dice señoras –gruño la única con capucha de las 3, la que parecía tener tatuajes de serpiente en sus brazos

Jeje… no se preocupen de nada, hermanas, es solo el niño que les conté, justo el que mencionaste Arachne…

¿Hmmm..? este joven… ¿Usar sarcasmo en una situación como esta? ¿Pequeño, deseas que sea lento o intenso? –preguntó la que sostenía un abanico, ladeando la cabeza observándote

Y pensar que no solo conseguiste desaparecer esa vez, sino que incluso despertaste de mi control mental… ¡Hmpf! Ven con nosotras. Si lo haces, les perdonaremos la vida a los seres de este planeta… porque lo recuerdas, ¿Verdad? como condenaste a todo un planeta, incuso a ti mismo –estuvo neutral todo el rato, hasta que en sus últimas palabras se vieron ilustradas por una sonrisa y mirada perturbadora

Había pensado que eran señoras pero no se los dije de forma directa, sin mencionar que no era sarcástico, solo sincero, en un universo tan grande la psibilidad de encontrarme con la bruja era de 1% y, para mi desgracia, había tenido toda la mala suerte posible pues allí estaba. Escuché atentamente a las tres hermanas, suponiendo que lo eran, chasquee la lengua fastidiado que me repitieran lo mismo todo el tiempo- Que bueno que se acuerde de mi, pero la que comenzó con los sonámbulos no fue toda mi culpa ¿No? ¿Por qué ustedes no se retiran? Aunque son parte de Eita tienen decisión propia ¿Verdad? Todos tenemos elección. -Sabía que no se iban a retirar, no sólo porque una de ellas me tenia rencor sino que debían echarme en cara suficientes cosas para que me rinda o intentar destruirme... Intentar sólo era algo que me repetía para no perder más la fuerza.

Vaya idiota, ¿Cuándo negué que empecé a atacar Death city? –pregunto indignada Si que eres imbécil –agrego negando con la cabeza

Realmente, es un ignorante, ¿Acaso crees que tú tienes opción? ¿O que puedes decidir algo? –dijo la mayor, cubriéndose la boca con su abanico y dedicándote una mirada fija, fría y asesina

A mí me da gracia, que viva aun en estos momentos en su fantasía… más que idiota o imbécil lo veo como un ciego… un humano ciego igual al resto. Vamos, vamos, ve a jugar al héroe en tus sueños y dejanos continuar con lo nuestro, no es como si un ciego sordomudo como tú pueda hacer algo contra nosotras

Les apuesto que al final incluso nos hace el trabajo, ¡Jaja!

Ya había escuchado ese tipo de palabras en todos los enemigos que nos habíamos enfrentado desde los Aragami, "falso" había sido lo más hiriente que le dijeron a uno de mis digimon, y viniendo de estas tres parecía un pan dulce comparado con lo que en verdad podían llegar a decirnos, tan naturales insultos que por momentos me sentí inmunizado y eso que sólo incluían la palabra "Idiota" o "Estúpido" tras mi renombrada existencia- ¿Van a plantearme lo mismo las veces que sea necesario? No necesito escucharlas para saber lo que hice ¿O acaso te has centrado en nosotros sólo para burlarte Eita? Imagino que no, y si, tengo tanta opción como el resto, si ya llegamos hasta aquí, incluso si es por el poder de Hibiki o de quien sea ¿Estás esperando que me rinda porque solo respires aire? -Enseñé uno de los colmillos al levantar los labios, importándome poco si querían seguir insultando o burlándose, saqué del digivice a Dukemon X, de momento sería suficiente para que me cuide la espalda junto a Sakuyamon- Deja de interferir con nuestros compañeros y de burlarte de lo que ellos pueden o no hacer, hicieron o harán, sin importar que tan dios seas te traeremos de vuelta. -Llamé de dentro de mi collar la mirilla analizando a las brujas, buscando alguna manera para poder derrotarla y salvar el planeta que dependía se nosotros cinco.

Un silencio inerte fue la respuesta al primer montón de palabras y conjeturas locas. Cuando terminaste de hablar las tres rieron a mas no poder deformándose y fundiéndose en un solo ser saliendo yo, que aun reía a carcajada suelta De verdad que no tienes opción, jodido idiota, te crees que sí, pero no… para empezar, solo estas aquí por mera hipocresía. No quieres que la bruta heroína de buena corazón muera y por eso te me plantas aquí y ahora, pero solo lo haces hasta que ponen al tanto a cierta persona de los sucesos futuros. ¡¿Y aun así te crees con opción de elegir?! ¡NO ME JODAS! ¿De verdad un pacifucio que no puede ni hablar con tres ñoras cree poder “llevarme de vuelta”? Ese no es más que el objetivo de la bruta, pero al final tú solo sigues órdenes de forma taimada y sin reparo alguno. Vete de regreso a tu casa a beber leche tibia, que yo si tengo cosas por hacer.

Chasqueando los dedos me tomé la molestia de abrir un portal para que regresara cómodamente a la tierra mientras regresaba a mi careto serio y sin emociones Mira que venirme con todo ese falso idealismo como si de verdad tú mismo te lo creyeras, personas como tu… me asquean; solo por seres como tú es que quiero hacer lo que estoy haciendo.

Parpadee varias veces mientras me hablaba, me puse de cuclillas sobre el hombro de Sakuyamon soltando un suspiro, dejé que riera a carcajada limpia para luego admitirme que era engañoso y falso, no iba a preguntarme si eso era todo porque sabía que siendo él podía calar más hondo en mi. Miré incrédulo al "dios" que me mandaba a tomar leche tibia con semblante incrédulo e impasible, recogí los hombros esbozando una sonrisa posteriormente donde mostraba colmillos- No me gusta la leche tibia y si soy hipócrita, taimado, lo que desees, eso no me da razones para irme, sigo órdenes porque si bien vengo con un idealismo falso creo que Hibiki podrá ¿Tu no? Yo si, ahora solo queda fe y esperanza, tengo mis sentimientos que defino a gusto, no creo en una utopía que no se puede lograr por mas dios que seas, tendrías que tener control sobre todos en un mundo aburrido donde estarías sólo o ser un conquistador. Juzgame lo que quieras, no espero tu aprobación ni la necesito. -Chasquee la lengua mirándolo con el entrecejo fruncido, no sacaría ningún arma, de momento no me había atacado pero llevaba la mano en mi digivice.

Ya veo, ya veo –resonó una jovial voz desde el portal abierto pocos segundos atrás. Acompañando esas cortas palabras, el sonido de pasos relativamente cortos calzando madera, hicieron eco. Ese sonido fue únicamente eclipsado por un relámpago estruendoso al surgir la figura por completo del portal – Por como hablan, el mal nacido que no solo se cargó mi casa y posada, sino también tantas tumbas y sitios sagrados… para colmo matando a tanta gentuza en un instante… es el paliducho aquel –Fue pronunciando la pequeña muchacha de cabello rubio y alborotado; su mirada era pesada al igual que su semblante, contrastante a su postura relajada pese al hecho de que cargaba una especie de escudo rojo de su misma envergadura.

Observando a ambos jóvenes resoplo agobiada escuchando las palabras que se decían mutuamente. ¡Ya déjense de esa palabrería circundante! –ladró por completo hastiada de la situación – No tengo ni puta idea de quién o qué son ustedes, pero si te crees dios, te cortare en pedazos las veces que hagan falta hasta que reconstruyas todo lo que destruiste –bramó al tiempo que el aparatoso escudo que sostenía en su mano izquierda le fue cubriendo el brazo, seguidamente el torso hasta llegar a su brazo libre. Cubriéndole esta extremidad de tal forma que le quedo con forma de brazo demoniaco empuñando una gran espada – Darketo, si vez que tus palabras no sirven… ¿Para que las sigues usando? –cuestionó la fracción de segundo antes de acercarse a una velocidad de vértigo al esquelético y pálido hombre, con la clara intención de agredirle con un golpe seco y directo de la cabeza demoniaca que parecía fungir como escudo. Esa arremetida no era mas que un farol para su verdadero ataque, que consistia en morder el torso o lo que fuese que estuviera al alcance del escudo.

Parecía estar cegada por la ira y desasosiego de lo ocurrido en la Tierra, aun así, su espada estaba lista para arremeter en respuesta de cualquier contrata ataque del hombre al que atacaba y culpaba. Parecía que su juventud y estatura no fueran un limitante al inicio de esa batalla.

Me iba a seguir burlando de Zess, pero la repentina llegada de otra elegida me corto la risa ¿Heh…? ¿Destruí... mis lugares favoritos…? ¿los templos… cementerios… yo?

No escuches, es mentira

Sí, fui yo, ¿Tanto te molesta? –dije tranquilamente Puedes darle la gracias al tipo negro y sus amiguitos… no puedo decir que también es tu culpa, porque de seguro no te habías ni enterado –ni me moleste en esquivar su acometida, dejando que me diera el golpe de lleno. Mi primer “error” pues pude sentir el impacto con todo y que era solo una rata rubia, ella Ghh… –mi siguiente error, preferir pegarle de regreso y no darme cuenta de su verdadero motivo, morderme con la cosa que usaba de arma. Consiguió apresarme el brazo ¡Hmpf! –preferí simple y llanamente cortarme el brazo afectado y tirar para atrás en un sutil salto Felicidades, eres la primera de entre todas esas escorias que me consigue hacer daño en lugar de hacerse daño a si misma por su… propio… su… –la mirada me empezaba a fallar como si mis ojos fueran televisores recibiendo interferencias de señal, estática Jodida… perra… ¡¿Quién mierda se supone que eres?! ¡¿QUÉ MIERDA FUE LO QUE ME HICISTE?! –atine a formular sujetando mi cabeza con mi brazo restante y fulminando con la mirada a la rubia.

De tanto en tanto, en lugar de verla a ella y al otro chaval, veía mi pasado… mi asqueroso pasado, no solo mis ojos fallaban, también mis demás sentidos. ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Qué es… ella?

– ¿Sigue consiente…? –pensó la joven mientras que su escudo mascaba, crujía y deglutía la extremidad apuntada por sus fauces, al tragarla sonrió mostrando unos dientes amarillos deformes y afilados como dagas.  La niña miro su escudo por un segundo, regresando su atención al escuálido cuando este se “Rompió”. Mantenía sobre su opositor una mirada fría y pesada, seria y llena de algún tipo de resentimiento. Lo que debería de ser llamativo, es que ese sentimiento no era el correcto para definir sus emociones; si, en efecto, le tenía encono por lo que le hizo a la Tierra. Pero aun así, lo que realmente sentía, era, simple lastima. ¿Por qué? Una pregunta muy fácil de responder incluso para una joven como ella que prefería liarse a golpes que con palabras.

La xros que empuñaba, con la que consiguió amputar un brazo a su enemigo, uno de sus elementos era un digimon que representaba el odio y el resentimiento. En palabras mundanas, al tragarse la extremidad de su adversario, fue como ver el alma de su dueño, pasado, presente y futuro, todo mostrado ante los ojos de la xros y la rubia. Quizás una broma del destino, o de las damas que manejaban los hilo de cada ser era la semejanza entre ella y el esquelético joven. Ambos abandonados por sus padres por motivos diferentes, ambos con apego a lo sobrenatural…

Me llamo Taishin Asakura, chaman y hunter. Yo soy yo, no existe otra persona ni nada más que eso. No hay truco ni magia alguna, solo te golpee con todo lo que tengo para que pagues por lo que le hiciste a la Tierra y seres vivos –articuló con total serenidad, soltando su fiel armamento, el cual se desfiguro y volvió a transformar. Al final solo tenía una cola escalonada en punta bajando de su espalda – Seguro que ni entiendes el por qué estoy tan decidida en este momento. Como dices, no tengo idea de nada de lo que está pasando –con mala cara explicaba tronándose los nudillos, para terminar señalando su corazón con su pulgar – Seguro que como te crees Dios sabes algo que ni yo como chaman se; “El sitio donde está mi alma”; aun si en ese conocimiento, mi alma me pide a gritos que te detenga, de otra forma seguro que no te bastara con lo que hiciste en la Tierra o lo que le haces al darketo que pretende que nada de lo que le dices le afecta aunque se note lo contrario. Predicas querer crear un mundo sin miedo… pero te atascas provocándolo en los demás. Al final, eres el que está más cagado en sus pantalones, por la vida misma –alzando su puño con una mirada incluso más dura e inquisitiva que antes agregó – Te mostrare lo que un poco de valor puede hacer contra todo lo que representas, me da igual si eres o no dios… ¡Prepárate, pedazo de mierdecilla cobarde!

Realizo algunos estiramientos de piernas y brazos, si quitar su espesa mirada de los ojos de su contrario Te aconsejo que te emplees a fondo, sobra decirlo pero como chaman me tiene sin cuidado morir otra vez –advirtió con total seriedad poniéndose en guardia Te meteré mi zurda legendaria, darketo, ¡afírmate!

La niña que salio del portal no tardó demasiado en dañar a Eita, si, era obvio que había una gran diferencia entre nos pero eso ya no se me hacía nada fuera de lo normal podoa definir que entre todos era el mas débil y solo sobreviví por suerte. No sabia si intervenir, y seguro hacer una estupidez, o no hacer nada e igual ella probablemente acabase golpeándome. Me sentí pequeño al lado de la rubia, incluso siendo que era más alto que ella, no sabía porque mencionaba que me afectaban las palabras de Eita porque francamente no era un misterio que entre nos fuésemos personas con diferentes pero, seguro, comienzos nada positivos, cada uno seguiría su propio camino y el mío no era ser un héroe ni nada similar. Levanté la mirada cuando la joven mencionó que me afirme ¿Qué pretendía que hiciera?
Solté un suspiro leve, aun así había decidido que quería luchar con Hibiki o al menos por ella y no ser solo un pobre desgraciado que de quedaba observando, para variar- Ayudala. -Mencioné a la Sakuyamon bajo mis pies, ésta rodeó a Euta a gran velocidad quedando a pocos metros de su espalda y al derredor de él se formaron llamas azules que comenzarían a quemarlo, no obstante, la diosa digimon envío a los cuatro zorros de sus cartuchos como escolta para Taishin.

¡¿Hah?! ¿Qué? ¿Qué tanto estas diciendo? ¿V-valor? ¿A qué se refieren? ¿Por qué dependen de una cosa tan insegura…? ¡Detente! ¡No me mires de esa forma! ¿Por qué pones esa cara en esta situación? ¿Quién te crees que eres? –apreté los puños dientes y parpados abiertos Me está poniendo de los nervios, es como si ella pudiera entrar en directamente en mi cabeza. Como cuando te tiran una bocanada de humo de tabaco mientras duermes… justo esa sensación… ¡Suficiente! ¡Los matare a tod--! ¿…? ¡Me estás dando asco! ¡YA DETENTE! ¡¿Usar tu valor?! ¡IDIOTA! ¿¡QUE CREES QUE PODRÁS HACER CON ESE CUERPESITO TAN DELGADO Y ENANO!? ¡Joder, no entiendo nada! ¡…! –en ese momento, la palabra que me había estado acosando todo el maldito rato… se esclareció


No entiendo… ¿Por qué si se acaban de conocer confían entre ellos? SI se ve incluso más débil que Zess… no tiene nada en especial como Hibiki… no pasa de ser una persona más… ¿Qué es el valor…?


AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH NO SE ME ACERQUEN!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Había estado todo el tiempo absorto en mis pensamientos hasta que sentí el fuego de la sacerdotisa zorra, en mi grito golpee el suelo elevándome cual maestro tierra levantando varias placas de piedra como defensa .

¡NO IMPORTA SI ME DERROTAN! ¡HAY CIENTOS DE OTROS CLONES EN TODO EL UNIVERSO! ¡¡¿ASÍ QUE CONSEGUIRÁN CON DERROTARME?!! Y AUN SI CONSIGUEN DERROTARME POR COMPLETO DA IGUAL POR QUE APARECERÁ UN SEGUNDO, TERCERO. SUCESOR, SIGUIENTE, SIEMPRE HABRÁ ALGUIEN QUE QUIERA HACER LO MISMO O ALGO MAS CABRÓN QUE YO ¡ES POR COMPLETO INÚTIL TODO ESTO PARA USTEDES!

La niña haciendo oídos sordos al grito de su contrincante, corrió hacia él aferrándose a una de las placas mientras aun subían. Con un rápido paneo visual fijo un camino que la llevaría hasta su objetivo sin exigirle nada más que una carrerilla. Con toda la decisión que había demostrado, emprendió la carrera que rápidamente había trazado con los puños listos – ¡VE A CHILLARLE A QUIEN LE IMPORTE! –rugió cual leona en cacería propinándole su “Izquierda letal” que sorpresiva y contrariamente a su nombre resulto ser un puñetazo diestro cargado desde mover el izquierdo de adelante hacia atrás como si sus puños estuvieran amarrados por alguna goma que la obligaba a girar todo su tronco y plantar sus piernas como si pernos se tratan. Ese puño se encontraba cargado de todo su valor y dirigido al completo rostro del fachoso joven.

Miré sorprendido a Eita, nunca le había visto tan desesperado, ni siquiera con Hibiki y eso ya era algo en demasía ¿Cómo podía demostrar tanto miedo?.... Seguía siendo humano, los humanos muchas veces tenemos miedo de lo desconocido y pocas lo aceptamos, más si se trata de algo que nos afecta.
La niña corrió sobre las piedras que Eita elevaba para protegerse y Selene desvaneció sus zorros, no eran necesarios de todas formas, tenía que plantearme hacer algo mejor alguna vez. A diestra le golpeó, sin escudo que proteja su mano, solo con su valor.