Un encuentro casual (misiones; Argentina)

Me había dormido en el avión, la posición más incómoda la daban aquellos asientos que poseía el vehículo aéreo, pero no podía quejarme, simplemente podría haber sido peor e ir con la cabeza inclinada sin apoyarla en nada, aunque hubiese ido así llevaba una almohada en el cuello y otra para dormir. Por supuesto que, apenas alzó uelo y se nos dieron las indicaciones de seguridad, pegué un ojo y luego no volví a despertar hasta que llegamos, cabe decir que pasar el digivice por la aduana fue algo complicado y mucho más a Vorpal, llevaba el par de tijeras hacia todos lados conmigo, ahora que lo pensaba correctamente podría haber llegado a América sin necesidad de tomar un avión pero si desaparecía así nada mas de Japón preocuparía más de lo necesario, sin mencionar que antes de eso debía organizar algo de papeleo de la empresa, comer con el equipo y jugar un rato en las canchas antes de irme de mini vacaciones. Atsushi se ofreció amablemente a venir conmigo, el gigante llevo un bolso repleto de dulces entre los asientos y me dejó apoyar la cabeza en su amplio hombro para no sufrir dolor, no era discreto y eso llamaba la atención de Selene, viajera en digivice, que llevase a Atsushi y no a cualquier otro de los dos Hotfix por lo que solo di una vaga escusa que no se creyó.

El gigante de cabellos y ojos morados impactaba a ojos de las demás personas, no sólo por su altura, sino por la musculatura y el hecho que llevaba dos boas de caramelos, frituras, etc. Un bostezo se escapó de mi boca que cubrí rápidamente, me estiré dentro de la habitación observando una postal con las Cataratas del Iguazú en ellas y sentí la presencia de mi compañera- ¿Listo? -El gigante de cabellos violetas también se acercó y sonreí amable hacia aquellos dos. Llevaba puestos un remera de mangas cortas con estampado, un chaleco, pantalones de Jean elastizados y zapatillas, las prendas que no llevaba en los pies eran cortesía de Selene, se esforzaba mucho, aún en su forma digimon, por diseñar.

Un bolso deportivo llevaba cruzado por el pecho y saqué de éste unas río eras completamente color plata y a gama de grises, visualice un lugar cercano a las cataratas, similar al de la imagen e hice un corte al aire de abajo hacia arriba con las tijeras, allí mismo se abrió un portal. Así funcionaban las tijeras vórpicas. Fui el primero en pasar, luego Atsushi y al final Selene, véase que "caí" cerca de una orilla no tan desprovista de rocas, desde allí la panorámica era increíble pero la belleza insondable y extensa de La Garganta del Diablo no duraron demasiado pues al salir la renamon blanca del portal se puso en guardia y divisó a un digimon de su mismo color y diferente nivel, la digimon casi se erizó y solo sucedió una vez... En nuestro cercano encuentro con BlackSaberLeomon- Un momento.... -La digimon desapareció y logró aparecer en una roca, buscando con la mirada a un niño elegido ¿Habría llegado con la diosa antes? Ninguno de los elegidos de la diosa había demostrado tener un digimon del nivel mega... Seguí a Selene y luego su mirada ¿Un...albino?

Observé las Cataratas con atención, eran maravillosas y había válido la pena el venir hasta América Latina. Las aguas caían a celeridad increíble pero a mis ojos pasaban lento con una tranquilidad que serena a mi mente, en especial por el sonido que generaban al chocar con las rocas al pie de las misma. El fulgor lunar generaba un mínimo destello rojizo en mis ojos escarlata oscuro a juego con la sonrisa sincera y calma que llevaba en aquel momento, si bien sabía que teníamos a un mega cerca no lo sentía imponer tanto como Alisa, la albina era... Extraña, al menos esa esencia que la caracterizaba, no podía decir que era similar a la de Selene ya que mentiría, si bien Selene causaba cierto estremecimiento de pies a cabezas en mi ser. Alisa me agradaba, desagradaba y emocionaba, claro, al igual que a Selene ya que había dado una lucha muy interesante- Buenas noches. Lamento interrumpir. Selene, deja de mirar así. -Me reí suavemente cuando trató de matarme con una mirada fulminange al descubrirla mirando al mega y analizándolo.

Levantó la mirada directo a los ojos del caballero de armadura blanca y frunció el ceño dejando relucir su ojo izquierdo casi blanco al igual que su pelaje, sin embargo en cuando terminó de analizar al mayor se enderezó sin moverse del lugar- Está bien, no tengo interés en atacar. Gracias por el halago, señor. -Ella inclinó la cabeza hacia el albino y una de mis cejas se alzó demostrando que estaba claramente intrigado debido a su actitud, ella solía aceptar una pelea con gusto pero algo parecía haberle hecho retroceder o más bien no querer luchar- Me alegra que no quieras arrancarle la cabeza a nadie. -La digimon sonrió suavemente y negó con la cabeza levantando una pata- Eso fue solo un juego. De todos modos no voy por allí atacando a todos. -Se acercó al agua y el gigante de cabellos morados la siguió, era para probar aquel líquido transparente, sería mentir que venir aquí fue parte de la idea de mi compañera, ella estaba deseosa de nadar en aquel lugar.

Noté como el gigante se acercaba patinando de vez en cuando a pesar de su firma pisada, era como un niño peaje lo y un adulto en el mismo cuerpo- Atsushi, que no se caigan tus dulces al agua. Lamento la actitud de mi Selene. Me llamo Akashi Seijūro y ella es Selene. -La nombrada se alejó de la orilla luego de terminar para acercarse a mi- Un gusto Akashi Selene y él titán morado es Atsushi. -Éste se encontraba agachado comiendo una paleta dulce cuando volteó pa cabeza y saludó de forma infantil con la mano. Guardé a Vorpal en el bolso de Rakuzan.

Solté una suave risa sólo audible para mi compañera, sabía que significaba sin necesidad de preguntarme y por ello miró mal al mega. No era nada nuevo que por mi forma de ser, o presentarme, pusieran en tela de juicio como podía llegar a ser según mis palabras. Suspiré suavemente, tenía que admitir que aquellos dos habían causado una buena impresión, como si fueran el tipo de personas que se tomaban con calma las cosas y que no habrían de verme mal solo por hacer una pequeña broma en cuanto a la actitud de mi camarada, pues al parecer yo si me había equivocado. Mi anterior yo habría seguido la charla como si nada, sin contar que se había equivocado pues creía ser absoluto pero por mi parte no era así, no quería pasar malos ratos ya, por lo que simplemente me retiraría de forma discreta. Atsushi se acercó a mi con su típica mirada floja, eso me gustaba en él pues por dentro tenía mucha energía y ganas- Disculpen, enviaré a Atsushi a casa. -Saqué del bolso las tijeras Vorpal y caminé hasta la zona a la que habíamos llegado en un principio seguido por el gigante morado el cual formaba morros y pucheros de fastidio.

La digimon me siguió con la mirada, se hacía a la idea en cuanto a lo que sucedía, y luego la volvió con rapidez a sus interlocutores encarnando una "ceja" y cruzando los brazos sin intimidarse, ni siquiera su pelaje blanco se había inmutado como debía ante la presencia del mega- ¿Acabaste? ¿O seguirás poniendo en tela de juicio como somos? No es la primera vez que nos dan una mirada tan desdeñosa. -Sus pupilas se alargaron analizando las facciones de ambos, quería intentar encontrar algo que le avise la mentira o el que estuvieran incómodos, no estaba de suficiente humor como para lidiar con otro hombre de poca perspectiva- ¿Buscabas en mi actitud algo que me hiciera una figura respetable? Quizás deberías esperar a conocerme o conocernos. Solo bromeabamos, es mi relación con mi camarada. Sucede que tuve un inconveniente hace poco por lo que está en su derecho de intentar detenerme en caso que haga una locura. -Me miró con ternura maternal en cuanto le dirigí una sonrisa sincera, me mantenía tranquilo e intranquilo ya que no sabía que estaba diciéndole al mega pero me ocupé de mi tarea, llevé a Vorpal hacia abajo e hice un tajo en el aire alzando el arma- Lamentamos ser inoportunos y si, fue bastante notable el cambio de miradas que ambos tuvieron, suelo observar a la gente y Seijūro también lo debe haber notado, él suele hacer lo mismo que yo pero por deporte. En fin... Por favor traten de tutearme y decirme Selene si es posible. -Argumentó con despreocupación cuando me volvía y empezaba a caminar donde ellos.

La digimon zorruna miró de reojo la vestimenta que poseía el de ojos sangre y estrechó la mirada- No uses blanco en lugares como estos, si eso se ensucia quedará horrible. El color de la pasión no se mezcla fácilmente con la luz y la castidad y desata el cabello... Pareces un roquero de los 80's. -Con ojo crítico dejó de observar la vestimenta para acariciar mi figura con una mirada franca y tranquila, no parecía haberse afectado por la charla que había tenido con los conocidos- ¿No los a amenazado verdad? Lamento no decirlo, pero es un gusto, Janaan y Myrddhin, perdonen si llegamos en mal momento. -Pregunté directamente para no perder el tiempo en rodeos.

Selene observó al digimon de armadura blanca al tiempo que analizaba las palabras del albino, estrechando sus ojos heterocromáticos con recelo bien marcado y molestia mal controlada ¿El gigante de ojos rojos no pensaba responder? Miró al albino de forma mucho más suave, tanto que sus ojos dejaron su habitual seriedad para ser ocupados con un semblante afable que pocos eran capaces de detectar cambios en las facciones de digimon, su yugo se extendía incluso a estas mismas, siendo capaz de controlarlas un pocos a menos que llevase tiempo vivido con las personas que hablaba, sin embargo éstas no eran conocidas pero el de ojos amatista se merecía su respeto y el de su camarada, se llevó una pata a la barbilla sujetándola con suavidad ya que no poseía dedos totalmente y debía sujetarse con parte de sus garras. La digimon albina negó con la cabeza ante las disculpas que aquel muchacho de piel alabastrina le ofrecía, no pensaba aceptarlas ya que para ella una simple disculpa no valía, más si el dueño de las acciones no daba la cara correctamente- Está bien, no necesitas disculparte Janaan. En parte mi actitud es agresiva por lo que también debo disculparme, yo no faltó a mi educación. -Se inclinó ante el albino con tranquilidad- Sólo quería decir que fue una broma entre nosotros... No deberían meterse en eso, cada quién tiene su propia relación con su camarada y creo que la mía es correcta. -Comentó viendo como una cabellera roja se acercaba donde ellos, su paso era el típico que en la cancha de basquet y sobre él recaía el deber de as pero eso era otra historia y como elegido era tan bueno como persona.

Subir y bajar una y otra vez no me quitó el aliento, siquiera me hizo sudar o cansarme, podía hacer más de proponerme ese objetivo. Selene miró al albino de ojos rojos analizando su desdeñosa y soberbia forma de ser, le desagradaba totalmente pues no había sido capaz de dar la cara- Gracias, por suerte yo no uso máscara y veo que has comprendido otros son más lentos. Aunque los más lentos e inocentes muchas veces son más fuertes o su forma de pensar ayuda. -Suspiró recordando a Shio, aquél pequeños los había salvado cuando el guardián de la diosa se apareció para sacarlos del Digi-Quartz y salvarlos de BlackSaberLeomon- No das tu brazo a torcer ¿Ah? A veces me gusta mucho eso de ti Selene. -Miré al albino buscando recordar si lo había visto en la reunión con la diosa, sin embargo la única albina que vio era Renko a parte de Alisa.

Pasé a mirar a mi digimon y ésta confirmó que no lo conocía. Pronto ella entorno los ojos con hastío- Si sabes que soy nivel rookie ¿Verdad? Además yo no soy un digimon mágico como para poder tomar forma humana, sin embargo, ya que tu burla de cachorro llegó a provocarme, lo haré y tomaré tu forma humana para eso. -Se De su guante sacó una hoja verde y pequeña que posó sobre su cabeza, la digimon se vio en vuelta en humo blanco y neblina, por mi parte sólo podía ver como cambiaba saliendo de aquella nebulosa... Su altura era la misma sólo que me sacaba una cabeza, debía medir al menos 1.80 metros de tez pálida, ojos rojos escarlata, cabellos blancos, lacio hasta los tobillos. Mostraba una coleta baja atada desde la parte posterior de su cabeza y flequillo desmechado, su cuerpo esbelto con atributos notablemente voluminosos portaba un vestido a blanco y negro que llegaba a sus muslos mientras que las botas negras de caña llegaba a pasar un poco las rodillas- Cómo dije.... -Sujetó el lazo negro y se desató el cabello acomodando el mismo con sus manos- Con el cabello suelto lucirás mejor. -Esbozó una sonrisa y yo hice lo mismo intentando no reírme de la situación, decidí contestar al albino mientras Selene se acomodaba el cabello- Nada en particular, solo que Selene quería visitar las cataratas 6 yo prefiero evitar el luto y el llanto. -Levanté los hombros mirando como mi camarada terminaba de acomodarse y llevaba una mano a su cintura.

Selene:

Selene observó tranquila como el albino de ojos rojos liberaba su cabello, eso le agradó pues había logrado su cometido y sonrió con amplitud dejando de lado toda la discusión con el caballero. La digimon abandonó rápidamente la forma humana que había tomado de su igual, volviendo a sus despampanantes pero tranquilos colores blanco, azul y rosa. Se llevó una pata a la boca tratando de cubrir su sonrisa ya que no solía sacar a relucir tal expresión en público, cuanto mucho en su forma humana se veía mejor el ofrecer sonrisas pero como digimon lo detestaba por lo que desvío la mirada molesta consigo misma- Lamento expresarme de mala manera, soy.... poco sutil. Siendo sinceros la broma entre Sei y yo era solo por mi mal comportamiento, quizás lo dijo por que parecías alterado con la presencia de otro digimon pero no era para ofenderlos. -Aclaró la garganta retomando su aspecto tranquilo y delicado, un suspiro se escapó de la garganta de la digimon mientras me cruzaba de brazos encarnando una ceja- Y debo decir que ahora tienes una imagen mucho más salvaje, es acorde a.... Tu esencia. -Comentó ladeando la cabeza suavemente y mirándome, yo solo señalé con mi cabeza e hice una venia queda al igual que mi compañera- Lamentamos nuestro comportamiento de igual manera. -Me levanté lentamente y observé a Selene, ella solo se mantenía impasible ante todo.

Me encogí de hombros esperando que pase el mal momento, detestaba cuando la tensión se cortaba con un cuchillo más si se podía alegar que una cuchilla sería más útil para toda la que estaba acumulada en este momento. Selene se dispuso a responder ante las palabras del albino negando con la cabeza- En lo absoluto. Supongo que a sido una causalidad ya que yo no creo en el destino ni en las casualidades. -Informó desapareciendo rápidamente, solo me quedé incrédulo ante aquella acción ¿Había escapado acaso? Una gota cayó tras mi cabeza y miré por el rabillo del ojo el lugar donde se supone había estado mi camarada- Vaya.... Ya volverá, nunca se va muy lejos a menos que sea necesario. -Mis ojos se dirigieron a ambos albinos, eran tan diferentes e iguales, al menos eso supuse- Al menos la has hecho hablar, supongo que no tenía una batalla verbal con nadie hace demasiado tiempo ya que no solemos discutir.... No demasiado. -Me pasé la mano por el cabello sintiendo como me adormecía poco a poco, no para caer rendido pero era un buen calmante.

Sin mas la digimon zorruna regresó con fruta en las manos y se la ofreció al mayor- Es la única ofrenda de paz que tengo.... No resuelve todo pero si lo dejamos aquí será mejor ¿No? -Frunciendo el ceño notablemente y observando directamente los ojos del digimon caballero mientras yo contenía la risa, era como una niña pequeña aunque sentía que si una carcajada se me escapaba acabaría sin cabeza por lo que me mantuve al margen- Comencemos de nuevo, si les parece... -Extendí mi mano acercándome al albino de ojos amatistas- Un gusto en conocerlos, Seijūrō Akashi. -Sonreí apenas pero era una sonrisa sincera y calma.

La digimon prestó oídos escuchando el comentario, que el caballero parecía hacerse a sí mismo en un momento de meditación, y decidió traducirlo como un cumplido de su parte o quizás sólo un comentario que conservaba el mayor- Soy en parte Alemana, como Seijūrō. -Alegó aportando un poco de información a lo dicho sobre su origen o nacionalidad, sin embargo estaba segura que no debía dejar fuera la historia que iba tras ella aunque no fuera la más bella, de todos modos apenas eran conocidos con el albino- En realidad sólo llevo un año con Sei.... -Completó para no confundir si es acaso alguna vez volvían a hablar o cruzaba palabras con él. Si debía ser sincero me extrañaba la situación pues Selene no tenía la costumbre de hablar como lo había hecho hace unos momentos ¿Le había agradado? Si, había sido aquello ya que sino fuese así siquiera se hubiera molestado en dirigirle la palabra y gastar saliva en algo inútil. Me encogí de hombros sintiendo un dolor en el derecho y sonreí, aún me molestaba aquel moratón que me había hecho con el tablero de basquet.

Selene asintió ante la afirmación del albino ojos amatista, aquél hombre estaba en lo correcto al decir que era un halago ya que ella no solía hacerlos con la misma facilidad que las demás personas, generalmente se mantenía en las sombras sin necesidad de contestar a ninguna pregunta y salía sólo cuando era necesario o cuando lo deseaba pero llegar a dar halagos era algo que dejaría boquiabierto a más de uno en la casa, no es como si Selene no pudiera halagar pero era extraño de su parte- Claro, no suele darlos, al menos no todo el tiempo pero si, lo es. Eso significa, a parte del cumplido que le has agradado. -La susodicha mi fulminaba con la mirada, no le gustaba hablar de sí misma, sin embargo suavizó su rostro rápidamente ya que no era demasiado importante, dio un mordisco a la fruta que llevaba a mano para bajar un poco los humos. Nos miramos ante la pregunta y Selene asintió segura- No en exceso, nada es bueno en exceso. Pero discutir es lo mas normal del mundo. Hay cosas que en una simple charla no pueden expresarse correctamente y a veces uno desea dejarlo salir todo ¿Nunca sienten opresión en el pecho? Cómo las madres, a veces debemos gritar o hablar con tranquilidad. Yo y Seijūro discutimos a veces, además quita la frustración sacar las cosas afuera. -Argumentó antes de terminar con la fruta que tenía en mano para ir a lavar el pelaje de las mismas en las aguas de que surgían de los saltos.

Me sorprendí cuando el Janaan mencionó el basquet ¿Tan obvio era? ¿Era por mis manos? Aunque de por si podría practicar cualquier otro deporte y así tendría algunas callosidades- Si, creo que fue el deporte que más me gustó desde mi infancia, aún lo práctico en la Preparatoria Rakuzan. Ya pasamos a la interhight, si alguna vez vienen a Japón será un placer que vayan a un partido. -Sonreí amablemente.

La digimon zorruna blanca sonrió sin miramientos ante el comentario del mega y movió la cola alegremente al ver que la tensión que había se esfumó en cuatro comenzaron a hablar con más tranquilidad, es cierto que la culpa la llevaba ella anteriormente por hablar mal con aquellos albinos ya que en estos momentos le agradaban bastante, eso era un logro ciertamente ya que a Selene no le caía bien cualquier persona y tenía un problema con el humor ácido ya que lo utilizaba seguido pero algunas personas que no lo comprendían lo tomaban a mal- Si puedo preferir, elijo mi japonesa, los alemanes tampoco tienen permitido sonreír la primera vez que conocen a una persona y de usted la escocesa. -Comentó mientras se lavaba las patas y de paso dos frutas más que había conseguido, arrojó ambas por sobre sus hombros y las atrapé con una mano cada una para pasar una al albino- Están un poco mojadas, a decir verdad no comí nada desde que salí de ese avión. -Exhale suavemente un suspiro y di un mordisco a la fruta saboreando el jugo que poseía, el dulce de las frutas era de mi gusto antes que los pasteles o postres azucarados- Bueno, creo que es hora que tome mi forma humana en verdad. Seijūrō.
-La digimon saltó hacia el lago apareciendo cerca del centro mientras yo apunté con el digivice hacia su figura. Selene se vio rodeada por una esfera de datos similar a un digi-tama el cual creció hasta llegar a su límite....

Era la primera vez que la veía en su forma mega, a decir verdad lucía fantástica, era una miko de facciones casi etéreas a mis ojos, por supuesto la belleza es relativa por lo que no podía objetar nada en cuando a otras opiniones- No es por reclamar pero eso nos habría servido contra BlackSaberLeomon la última vez. -Ella solo sonrió de lado antes de comenzar a descender cerca de la orilla y escribir sobre un talismán en blanco que utilizaría para tomar forma humana pero esta vez la propia, adulta de ojos heterocromáticos celeste gélido y blanco, cuerpo esbelto midiendo al menos unos ciento ochenta y tres centímetros, cabello albino hasta los omóplatos con retazo celestes apenas notables. Se encontraba bien maquillada aunque "Bien maquillada" es en otras palabras poner sombra dorada sobre sus párpados- De no haber sido por el guardián habría peleado. -Infló un poco las mejillas y miró al albino negando apenas, nos parecía poco tiempo para conocernos correctamente- Si, es una extensión de tiempo amplia. ¿Hace cuando se conocen ustedes dos? -Cuestionó curiosa ya que parecían vivir hace años juntos.

La albina ladeo la cabeza confundida ¿Cómo lo hacían? ¿Cómo explicas a alguien como discutir? En si de por si era extraño que alguien no discuta con su compañero sea del tipo que sea- Yo y Selene no somos iguales, no tenemos los mismos gustos, opiniones o puntos de vista. Nadie es igual a nadie, eso lleva al conflicto muchas veces o a una discusión. Si las personas no tuvieran distintas formas de ser el mundo sería aburrido. Hay formas y formas, por supuesto. Discutir depende de cada quien.... Selene me arroja objetos de carácter punzo cortante en algunos casos, algunas personas lo gritan, algunas lo hablan. Es parte de conocer al otro y si está en desacuerdo, claro discutir no es algo malo sólo que las personas ven la palabra como sinónimo de conflicto. -Levanté los hombros y miré a mi camarada para ver su rostro- Una discusión puede darse en forma de pelea o en forma pacífica, es solo la oposición de dos opiniones. Como la disputa entre dos partidos políticos, no es ninguna ciencia. -Ahora, más segura en su forma humana, podía pensar con claridad al parecer ya que hasta hace un momento exhibía un bloqueo en cuanto a la palabra bastante notorio- ¿Qué tal si vamos a comer algo a la ciudad? Puedo llevarlos. -Sacó a Vorpal del bolso deportivo nuevamente para abrir y cerrar las tijeras.