Relajando un poco... Y algo más.

El Serafín oscuro se movía raudo de un lado a otro entre los Hotfix, quiénes acomodaban los objetos hogareños lejos de la entrada, guardando con cuidado lo más frágil, desde instrumentos hasta jarrones, vajilla y demás posesiones que pudiesen llegar a romperse, llevaban desde horas tempranas; alrededor de las 7 u 8 de la madrugada, organizando la fiesta que el Serafín había decidido maquinar por puro ocio, si es que era ocio pues era mas un mero capricho por su parte que, cuando la fiesta acabase, sería capaz de saciar con todo el jaleo que se encontraba armando.

Su hermana por supuesto estaba informada, claro, no iba a ir en contra de su alfa, ni siquiera si el alfa era su hermana. Entre sí se mantenían en constante contacto, el suficiente para decidir qué el alfa se aceptaría durante el tiempo y no sería necesariamente el primer digimon pues en tal caso él debería tomar el lugar que su hermana menor ocupaba y no se sentía lo suficientemente altivo o responsable para tal puesto, menos en aquel momento considerando que estaba por organizar una fiesta en plena mansión... Bueno, no era técnicamente una fiesta, como le dijo a Selene "No es una fiesta, será una reunión con fines de... esparcimiento" y aún así tuvo que, prácticamente, postrarse e implorar el permiso de Selene.

Suspiró pesadamente en cuando detuvo su carrera ¿Cómo les iba a invitar? ¿Enviar invitaciones por portales? Se sentó en uno de los sillones que habían en la recepción de la mansión acomodándose con pereza en el mismo, se sentía un vago al no continuar con todo pero se encontraba cansado realmente y su Imotō se lo advirtió "Haz una fiesta pero de forma correcta... Si veo que no lo es tendrá consecuencias, las armas a veces escapan de mi habitación" Su cara al decir aquello había sido perturbadora en demasía, una mezcla entre seriedad junto a un brillo de peligro y apenas una pequeña media sonrisa de lado que indicaba cuanto disfrutaría hacerle sufrir.

No se dio el lujo de fallar en ninguna forma, incluso ayudó en la cocina preparando comidas frías y algunos postres, las mesas con toda la comida se encontraban dispersas dentro del lugar, igual que las bebidas, en cada mesa había botellas de diferentes tragos, vasos y algunos utensilios para preparar mezclas, otro suspiro, la araña dorada brillaba en colores dejando ver luces en todos los lados, de diferente colores, los láser no faltaban y la música se encontraba a mitad, no llegaba a aturdir. ¿Se había excedido quizás? No, para nada, incluso había preparado habitaciones para los invitados evitando que quedasen con la resaca en cualquier lugar. La entrada desde el portón de acero estaba decorado al igual que el largo camino hacia la casa bordeado por arbustos "coronita de novia" y alguna que otra planta como lirios y orquídeas.

Orgulloso del trabajo que había logrado con los Hotfix se levantó con toda la lata posible, ya tenía las invitaciones hechas, de eso se encargó el Hotfix principal. Sodom. Su letra era, aunque no lo parezca, la mejor e incluso un poco mas bella que la de su hermana. La tarjeta colorida rezaba:



Queridos niños elegidos:

Informalmente los invito a mi hogar, a celebrar de forma azar una fiesta con el fin de pasar el rato. Si desean pueden traer a cualquier persona con conocimientos sobre los digimon, es decir, aquellos que sepan que y quiénes somos.
La Prefectura es Akita, Región Tohoku.

Les saludo cordial y exageradamente.

Azraelmon

Las invitaciones ya hechas pasarían por un portal que las llevaría a lugares al azar donde hubiese niños elegidos.

En inverness la tranquilidad renovaba pero, así también la tristeza en los habitantes de un castillo oculto en el bosque.

Janaan se encontraba caminando por los extensos pasillos hacia el cuarto de Magnus, con el fin de conocer el estado de su hermano, no hace mucho que Magnus quedo siego y sordo. En su mirada amatista se encontraba bañada por un dejo brillo de preocupación pese a que su rostro se mostraba sereno. Los acontecimiento recientes de su hermano menor traían mucha tristeza a su ser pero, no se daba el lujo de mostrar aquella exprecion ante los gemelos, sinceramente quería encontrar alguna forma para mantener distraído a los dos miembros mas jóvenes de la familia

Casi como un deseo cumplido, un portal se abrió a un par de metros del oji amatista. Janaan noto que algo cayo y se apresuro en ver que era, notando un sobre, curioso lo tomo y leyó la nota

Queridos niños elegidos:

Informalmente los invito a mi hogar, a celebrar de forma azar una fiesta con el fin de pasar el rato. Si desean pueden traer a cualquier persona con conocimientos sobre los digimon, es decir, aquellos que sepan que y quiénes somos.
La Prefectura es Akita, Región Tohoku.

Les saludo cordial y exageradamente.

Azraelmon

Sonrio un poco contento de la invitación y agradeció mentalmente a Azrael y se recordó agradecerle cuando tuviese la ocasión. Entro al cuarto de Magnus donde el aludido tenia la misma invitación, janaan miro a magnus sentar sobre su cama con la mitad inferior de su trozo cubierto por la mantas y una cinta negra que cubrió sus ojos, el muchacho delinear la carta con la yema de sus dedos, Janaan camino hacia magnus y se tensón a su lado, aquello asusto al mestizo pero al sentir el aroma de la colonia de janaan sonrió “hola mio re’” sonrio divertido

Janaan sonrió con tristeza y tomo la mano de magnus y se puso a trascribir la invitación, la sonrisa de magnus desapareció por unos segundos pero, no demoro en regresar “¿por que no llevas a Adham y Anwar?, seguro querrán ir, yo prefiero pasar de momento, tomar un poco de tiempo para retomar mi paso” comento completamente despreocupado a lo que janaan solo respondió desordenando lo un poco el cabello y besando su frente, retirándose después.

En el patio Los gemelos corrian con los lobos mascotas de Magnus, bajo la vigilancia de Myrddhin, Aramis y Atlas. Los tres disfrazados como humanos gracias a la magia de myrddhin quien de mala gana debía estar como mystimon.

[color:45ca=#silver] -chicos!- llamo janaan, atrayendo la atención de los 5 “humanos” y los dos perros, janaan les sonrió y les contó de la fiesta.

-yo quiero ir!- grito anwar y Adham asintió silenciosamente

-janaan pero, ¿esta bien dejar solo a Magnus?- pregunto myrddhin

-con que uno de nosotros se quede no veo el problema- dijo aramis cruzándose de brazos, alzo su vista para ver a atlas –atlas podría quedarse y vigilar lo-

-no me molesta la idea de quedarme pero todo depende de lo que el amo myrddhin diga-

Myrddhin rodo los ojos y suspiro para luego ver a Atlas-te confió la seguridad de magnus-

-suerte siendo nana- sonríe divertido aramis a lo que siente que alguien toca su hombro y mira a myrddhin

–suerte para ti también que tendras que cuidar de los gemelos-

-eh?!- se queja el mega de cabello rubio

-bien te podrias quedar- dice el ojisangre recogiéndose de hombros-pero tendrías que ser un liolmon por que no puedo mantener tanta distacia tu disfraz humano-

Aramis gruñe pero, baja su cabeza –bien! Adham, anwar vamos a alistarse- ordena mientras a con los gemelos

-amo myrddhin realmente tiene tal limitación?-

-no, mientras no evolucione o se quite el disfraz se mantiene solo pero, no tiene por que saberlo- se recoge de hombros, janaan se ríe y se va a preparar para ir a la fiesta

-Misaka, mira- estaba con Shio y Soma tranquilamente recargados en la baranda de un puente que daba al mar, solo estábamos allí los 3 en silencio mirando al infinito hasta que Soma puse frente a mi cara un sobre extraño -acaba de salir por un portal- explico, ambos estaban en su forma humana, Soma siendo un chico de piel morena y cabello rubio platino bastante más alto que el promedio de un japonés con ropas algo desalineadas y una gabardina azul

-¿heh…?- aun cuando me puso la carta en la cara no entendí nada; aun estaba desconectada de todo y con las emociones revueltas por lo que le había ocurrido a Tachibana-san, y que Alisa se hubiera enojado tanto conmigo

-¿y qué dice?- preguntó Shio emocionado intentando alcanzar el sobre, pero Soma lo dejaba fuera de su alcance obligándolo a dar pequeños saltitos -¡Somamon! Déjame leerlo- a este punto Soma lo detenía con una mano en su cabeza mientras Shio intentaba estirar sus pequeños brazos. Shio parecía una niña albina bastante activa con un uniforme escolar

-es solo una invitación, cálmate- explico tras abrir el sobre y leer su contenido -un tal Azrealmon firma- esta vez puso frente a mi cara la invitación

-hmmm…- la leí rápidamente sin mucho interés -solo elegidos, ¿huh?- murmure aun en mi mundo -deberíamos decirle a Alisa…-

-tienes razón, ella no es una elegida así que seguro no la invitan- Shio y yo solo lo vimos en silencio un momento. Luego de unos segundos saco su libro, había hecho una anotación de DATS antes, asi que le fue fácil tele transportarnos a haya  -bien, llegamos… ¡COPITO DE NIEVE ¿DÓNDE ESTAS?!- gritó a los cuatro vientos pese a que aparecimos en la habitación de Alisa

-yukki-onna, nos invitaron a una fiesta, ¿quieres venir también?- decía mientras daba pequeños saltitos en su sitio

Spoiler:

Por fin pudiendo estar en mi día sin labores, me hallaba descansando en mi alcoba – Incluso ella me traiciono –musité pensando en la niña y sus acciones al divulgar la ubicación de este sitio – Aunque la información que proporciono fue por completo vaga… ¿En qué pensaba? ¿Lo puedo llamar realmente una traición… o un exceso de confianza y nada mas?

– Esto es un aviso de alerta, se ha reportado la apertura de innumerables portales por todo el mundo, cada uno de ellos dejando una carta. Incluso a nuestros miembros nos ha llegado una; el contenido es sospechoso y fue creado por un Digimon que no aparece en nuestras computadoras. Se aconseja ignorar el evento que viene estipulado. Repito… –anuncio una voz femenina desde los parlantes de toda la base, repitiéndolo varias veces.

– … –me encontraba ya sentada al borde de la cama, cuando un portal se abrió dejando a su paso a la niña y sus dos aliados. En silencio respire con profundidad fijando mis gélidos orbes azules en ellos – Parece que aún no entiendes lo que implica respetar a los demás –respondí secamente – Llegar a irrumpir en mi habitación con tal escandalo. Al agachar la mirada me percate con una de las susodichas cartas también había irrumpido mi alcoba. Una vez la recogí leí su contenido – ¿No se lo toman con demasiada calma? –cuestioné con una mirada que caía en la indiferencia.

“¡Vamos a comer, vamos a comer!” grita feliz Misaka, Misaka mientras corre alrededor de Saya, Accel y Kuroyoru

-¡maldita sea, ya deja de correr o te caerás!- gruño Accel tomándome del cuello de la camisa -todos se nos quedan viendo por tu hiper actividad-

-o por favor, eres una energúmena, déjala estar- hizo que me soltara y así volví a correr a su alrededor mientras ellas caminaban tranquilamente por la calle -deberías de bajarle un poco a esa agresividad tuya, por eso estas tan pálida Accel-

-¿¡qué dijiste!?- y así comenzaron a discutir mientras se jalaban de la ropa sin dejar de caminar -¡gaaahhhhh! es imposible mantener una conversacion contigo-

-solo tu levantas la voz- respondió encogiéndose de hombros y cerrando los ojos, como si dijera algo obvio -así que-- - un par de sobres le dieron directo en la cara callándola -tch… ridículas tiendas y su ridícula propaganda- dijo enojada agarrando bruscamente los sobres

-¡JAAJAjajaJA! te lo mereces-

“¿qué es?” pregunta Misaka, Misaka colgándose de la ropa de Kuroyoru intentando agarrar uno de los sobres

-hmmm…- abrió uno de los sobres y luego de leerlo miró a Saya -apesta a trampa- le tendió uno de los sobres -y que saliera de la nada solo lo hace peor- explico pasando de mí, bueno, me sujetaba la cabeza con su mano libre para que no pudiera agarrar uno de los sobres

-¿huh…?- se quedó viendo al otro lado de la calle -hey Saya… recuerdo lo mucho que nos estuviste presionando para tener esta ridícula forma humana- en ese momento señalo lo que estaba viendo -y esa se pasea con un Dorumon como si nada…-

-…- puso una cara de asco muy parecida a la de Accel al ver a la chica castaña y al Dorumon -¡ja!- negó con la cabeza y luego dejo de evitar que me moviera levantando ese mismo brazo para llamar la atención de la chica -¡mojada con el peluchote! quedándote plantada como árbol solo te pondrá enferma- tras decir eso, le hizo señas para que se acercara

“¡un Dorumon!” dice Misaka, Misaka totalmente emocionada por ver por primera vez un digimon con pelo mientras salta emocionada por no poder correr por que Accel la sujeta firmemente con la mano

Spoiler:

“Silencio con la mirada fija únicamente en mi objetivo” era la forma en la que existía día con día, de cierta forma era una “Vida” sin preocupaciones o malestares. Eso dio un drástico giro de 180° apenas encontré a esta niña, ni si quiera es mi objetivo… sin embargo aquí me encuentro, lidiando con su exceso de expresión y energía, con sus dos Digimon que si quiera se toleran mutuamente. ¿Cómo puedo atreverme a llamar a estos nuevos días como agradables? No tengo respuesta para esa pregunta, ni para un millar iguales a esa. Justo ahora, Last Order corre llena de felicidad alrededor mío y sus digimon que caminan a mis lados; el motivo de esto es únicamente que nos dirigimos a un restaurante cualquiera a cenar.

– ¿Hmm? –el monologo habitual de los Digimon termino en el “Recibimiento” de un par de cartas – ¿Sospechoso? –leí el contenido del sobre encarnando una ceja – No es común para los humanos estándar entablar incluso contacto con los Digimon –expliqué mirando a la adolecente y su Dorumon – Sospechoso o no, considero que deberíamos ir. Después de todo, quieren hablar con esa humana ¿Me equivoco?.

-te digo que ya estoy bien Kanade… chan- caminaba con Kanade con rumbo a la casa de Rio, una vieja amiga mía. Con ayuda de los Parasimon y Algomon diseñamos esta xros rara que parece un equipo futurista; me deja ver y escuchar… aunque todo está en blanco y negro ahora… y por alguna razón, aun cuando veo a Kanade como Dorulumon no la veo así sino con la forma de Kanade-san… Eita dijo que era porque mi cerebro relacionaba a ambas, pero…

-¡Hibiki!- intento detenerme para que no me estrellara de lleno contra un poste de luz, pero aun cuando estaba perdida en mis pensamientos lo esquive sin problemas -¿…?- se quedó de pie unos segundos viéndome incrédula para luego alcanzarme -hey, Biki, dijiste que iríamos a visitar a una amiga tuya, pero… ¿exactamente hace cuanto que salió del hospital?-

-¿heh? pues… hace poco…- respondí nerviosa rascándome la nuca

-básicamente, tu amiga salió incluso hace meses y tu apenas ahora decides visitarla, ¿verdad?-

-¡n-no! de verdad fue hace poco, solo que con tantas cosas que pasaron, pues, hasta ahora podemos ir- le expliqué tratando de sonar coherente -y bueno, hace mucho que no la veo, también es una hunter, ¿genial no?-

-conoce a otros hunter y aun le cuesta entender que los digimon son cazados…- pensó para sí misma, iba con unos vaqueros recortados por encima del muslo color azul y un top de rayas verde y con forma humana, idéntica a la que toma cuando se fusiona con Kaoru, pero sin la armadura. Caminamos por varias calles hasta llegar a una mansión -¡w-wooo! pedazo casa tiene tu amiguita- tras decir eso toco el pim pom -¿hmm?- una carta voló hasta sus manos -se habrá salido del buson…- murmuro mirando el sobre por todos lados -huele a digimon… aunque si una hunter vive aquí-

-¿por qué murmuras tanto, Kanade?- le pregunté curiosa antes de acercarme también al comunicador para brincar un poco cuando se activó -a-ah… buenas tardes, soy Tachibana Hibiki, una amiga de Ri-ch… Rio-san; veníamos a verla… ¿se encuentra disponible?-

-pfff…- se cubrió la boca aguantando la carcajada que tenía por salir -te ves tan graciosa tratando de hablar diplomática, Biki-

- no te rías, no es gracioso- dije inflando las mejillas, esperando a que respondieran en el parlante o Ri-chan saliera

Spoiler:

Una vez regresamos de Invernes, arribamos a casa sin mayor dificultad; conocer a otro hunter con ideas tan arraigadas a su ser fue refrescante de algún modo.

Obscuridad… ¿Es así como son los Dark Hunter?.

Recordé el incidente ocurrido años atrás en el cual ella estuvo implicada quedando como una de las pocas súper vivientes. Tras ese evento ella también se hizo con un loader, pero nunca la vi usándolo más allá de un hogar portátil para su Digimon.

Tenemos visitas.

Advirtió Marin, revisando el sistema de seguridad de la casa; nos encontrábamos en el jardín bebiendo té, podía estar al tanto de las cámaras con ayuda de una tableta electrónica enlazada al propio sistema.

Vaya, el rey de roma nos honra con su visita.

Corrí a la entrada con el imperioso deseo de llegar a la misma, reduciendo mi velocidad con forme me acercaba.

Tiempo sin verte, Hibiki-san-.

A mi llegada las verjas se abrieron, dejando paso libre para mí o para ella…

¿Mmm? Hibiki-san, ¿Puedo saber quién te acompaña? Sin olvidar la pregunta obvia, ¿A qué se debe tu visita? No estoy diciendo que me incomode su presencia, pero resulta peculiar que llegaran sin previo aviso. ¿Mmm? ¿Ocurre algo con ese sobre?.

Cerró lentamente los párpados en signo de cansancio, no podía mover un solo músculo más hasta que los niños elegidos llegasen a la mansión, el cansancio le ganaba por mucho, después de todo estar despierto desde horas tempranas no era lo suyo o al menos no para moverse de un lado a otro como un humano poseído ¿Qué decía? Entrenaba boxeo a eso de las ocho pero era muy diferente a estar caminando de aquí a allá toda la mañana, tal vez en aquella forma que lo ocultaba de la vista de los humanos era mucho más débil, se mentía un poco al dudar de aquella hipótesis sobre los humanos pero también sería decir falacias que eran seres incapaces de protegerse o que no poseían fuerza, conocía niños elegidos con mucho poder, bueno, no les conocía del todo pero estaba seguro que poder no les faltaba más bien todo lo contrario.

Luka contaba únicamente con su digivice y Vorpal, siempre le pareció curioso que la famosa espada de Alicia en el País de las Maravilla fuera un par de tijeras sin chiste pero cuando vio que dicha arma cortaba el acero con la facilidad con la que se corta el algodón y abría portales a voluntad retiró todas sus ideas prejuiciosas.

Su dedo índice y pulgar se encargaron de frotar el puente de su nariz con saña para quitar el sueño y el humor exhausto que disimulaba con una sonrisa traviesa, no se preocupaba por ello, claro que no, solo se levantó reuniendo todo el valor que quedaba en su cuerpo, la pereza ganaba terreno a cada segundi, se acercó a una mesa y cogió un chupito sirviendo tequila, cualquier cosa la venía bien para despertar sus ánimos, hizo un fondo blanco que despertó a su personalidad del letargo en el que se encontraba- Ah~ -No pasó demasiado cuando un cuchillo de cocina se clavó a su lado, usando de blanco su dedo meñique del pie, por suerte no logró acertar.

Giró a velocidades inhumanas, algún hueso debió tronar allí, para ver a su hermana parada en las escaleras centrales que daban al siguiente piso, ataviada de forma típica y con típica se refería un vestido holgado color celeste algo grisáceo con motivos griegos, de escote amplio y largo, a la altura del vientre un cinturón de hojas doradas se cernía, bajo este uno de tela. Sus párpados resaltados por el negro y dorado, al igual que los iris heterocromáticos- No se prueban los aperitivos hasta que no llegan los invitados... Es de mala educación, Azrael idiota. -Señaló con mirada filosa y molesta mientras bajaba las escaleras con recato, incluso trataba que su forma de insultar no fuese tan poco femenina, era su tipo de personalidad... Una sonrisa creció en sus labios e hizo un pequeño puchero sacando su labio inferior a relucir me tras el superior retrocedía- Moo~, era solo un chupito para levantar los ánimos Elen. -Un berrinche mínimo muchas veces lo hacía escapar de los ojos acusadores de su hermana menor, como en aquel momento que solo sonrió y bajo las escaleras para agarrar un volcán de chocolate que comer.

A diferencia de los habitantes en el interior de la casa, en la reja negra que delimitaba el terreno privado cercano a las montañas, una joven la cual aparentaba al menos diecisiete o diecinueve años, iris dorada de pupila rasgada y cabellos azabache, con arabescos y tatuajes decorando su cuerpo, hacia guardia en la entrada con ropa casual, algo desgarbada. Su único gesto demostraba entre seriedad e inexpresividad, debía llevar a los invitados adentro evitando que cualquier humano que no tuviese conocimientos sobre los digimon se colase a la fiesta. Por el rabillo de su ojo observó las luces coloridas que iluminaban el camino, se escuchaba la música desde la mansión apenas, las coronita de novia habían sido su idea, le encantaban.

Spoiler:

– … –de observar al Digimon, pase a observar a su tamer, al igual que Last, parecía no tener tiempo que perder en escuchar advertencias – Nos dirigíamos al sitio en este momento –coloque la diestra en el hombro de la castaña, para activar mínimamente mis control vectorial, de esta forma el agua que aun la cubría debería ser impulsada detrás de sí misma dejándola seca. De nueva cuenta revisé la carta, la dirección marca un sitio incluso cercano en esta misma región – Es por aquí –indique empezando a caminar, cargando a Last en un brazo, para que sus compañeros no tuvieran otra opción que seguirnos.

Miró con tranquilidad paisaje teñido de verdes y amarillos, ambos señalando que pronto el otoño habría de sobreponerse al verano y el paisaje níval no se haría esperar en aquella región tan fría de Japón. Akita no era el mejor lugar para vacacionar, sin embargo no toleraba demasiado bien el calor que otorgaban los lugares caribeños, el esfuerzo que debía hacer para ello implicaba utilizar más de... Su medicina, cosa que poco a poco consumía las velas blancas que rodeaban su persona, cada una se iba apagando sin previo aviso, ya solo quedaba una para él y se resistía a dejar que su llama se extinga sin más, tenía que luchar y ganarse la vida, literalmente ¿Qué más le quedaba? Aunque sonase trágico, si su medicina llegase a dejar de llegar le sería dificultoso. Los lugares nívales o gélidos no lograban sacarle demasiados suspiros al igual que los paisajes cálidos pero eran, aún si no lo quería, hermosos a la vista y su salud daba un excelente respiro- Jem... No te esfuerces por favor. -Exhale suavemente y sonreí, era demasiado amable, así llamaría a Mika, afable. Siempre le hacía compañía y lo había hecho desde que había cumplido diez años.

Incansable, su digimon había buscado la medicina que debía tomar, se sentía demasiado inútil a decir verdad, a pesar de practicar ciertos deportes, debía consumir aquel medicamento para no colapsar como una colegiala. Sacudió la cabeza saliendo de sus lamentos, no es que le hubiese costado pues una extraña tarjeta salió a través de un portal digital cayendo frente a su persona ¿Qué...? Miró a sus lados, estaba casi en las afueras de la pequeña ciudad en la cual se encontraba, se acuclillo para coger la tarjeta y en cuanto se enderezó la abrió cuidadosamente escuchando el "crack" del pegamento que, supuso, sellaba dicho objeto. De su digivice, y sin permiso, salio una figura alta, estilizada y peluda cubierta por una bufanda desde el cuello- ¿Estás seguro de ir? No conozco ningún tipo de digimon con ese nombre. Aunque la dirección... Es por allí... -Señaló con uno de sus negros garfios, ladee la cabeza mirando hacia donde señalaba y asentí a su pregunta.

No demasiado convencido Mikael comenzó a guiarme hacia donde debía ser la fiesta, había luces a lo lejos, el camino de tierra bordeado por pasto verdoso llevaba a la lejanía, allí donde la casa estaba oculta del resto y algo recluida, supuso que al ser un niño elegido debía de ocultar a sus digimon y prefería mantener les en libertad que aislados o solo era alguien adinerado, quizás ambas cosas- Suena divertido... -Comentó con una sonrisa marcada y suave cuando se encaminaba hacia allí.